Naomi Carmona / Grupo Marmor

Morelia, Michoacán.- A Jessica González Villaseñor la golpearon tantas veces que una hemorragia craneoencefálica la mató. Dejaron su cuerpo casi desnudo en un terreno a pocos metros de la residencia de su supuesto feminicida, Diego Urik N.

Han pasado 365 días desde que la joven maestra fue reportada como desaparecida. Hoy hace un año que su familia espera acceder a la justicia, en un juicio que un par de amparos mantiene detenido.

Cronología

Era un lunes 21 de septiembre pero del 2020, cuando al filo de las 17:00 horas, Jessica salió de su casa, para supuestamente verse con una amiga. Ya no volvió. El llamado de su hermano Cristo González, en medios de comunicación y apoyado por colectivas feministas, provocó varias movilizaciones masivas en Morelia, presionando a las autoridades para dar con el paradero de la educadora. Cinco días después de su desaparición, fue encontrada muerta.

La noticia generó indignación y enojo en la ciudadanía; cientos salieron ese mismo día a protestar en las calles del centro histórico, culminando en la colocación de una ofrenda de velas blancas en Palacio de Gobierno. Su cuerpo fue velado y enterrado por familiares y amigos el 27 de septiembre. Ese día, hubo otra manifestación.

El 28 del mismo mes, la Fiscalía General de Justicia de Michoacán, identificó a Diego Urik N. como presunto responsable del feminicidio de la docente, y libera orden de aprehensión en su contra. Al día siguiente ofrecen un millón de pesos como recompensa por su captura y Migración emite una alerta para evitar que el señalado saliera del país.

Miércoles 30 de septiembre, Diego Urik es detenido en un hotel de Jalisco.

Amparo detienen el acceso a la justicia para familia de Jessica

El presunto feminicida cuenta con un equipo de abogados conformado por ocho litigantes, quienes han interpuesto los recursos necesarios para que la condena de su defendido sea la menor posible; el primero de los recursos fue declarado sobreseído por un juez federal.

Otro aun en pie, es un amparo al no haber los suficientes elementos vinculatorios, el cual aun no tiene una resolución y se encuentra en análisis en los tribunales federales.

El recurso legal mantiene detenido todo el juicio.

Familia de Jessica no descansa

A la familia González Villaseñor, la podemos ver en cada protesta feminista en contra de los feminicidios, portando siempre un enorme cartel con el que exigen justicia. Su hermano Cristo mantiene relación constante con los medios de comunicación, a quienes informa de la siguiente acción que realizarán para seguir presionando a las autoridades.

Su madre, la señora Verónica, va todos los días a la Fiscalía y accede a cada entrevista que se le solicita, pese al intento de la otra parte y de la FGJE para que el caso se mantenga alejado de los reflectores. “Ha sido solicitud de los abogados y de la Fiscalía para que no haya medios (…) Mi decisión ha sido esta: quiero que ustedes -los medios de comunicación- se den cuenta de lo mal que estamos”, mencionó después de la última audiencia celebrada el 11 de agosto”.

El nombre de Jessica González, no se borra de la memoria colectiva de toda una ciudad; un caso que vino a marcar una pauta en la lucha feminista de las morelianas.