Naomi Carmona / Grupo Marmor
Morelia, Michoacán.- A la entrada del panteón suena la banda, que ameniza la Noche de Ánimas. Adentro el olor de la flor de cempasúchil y de las velas prendidas no da cabida para ningún otro aroma.
Es el panteón de Tzurumútaro, municipio de Pátzcuaro, que está noche se encuentra lleno de personas originarias de la zona y especialmente de turistas, que visitan cada año la zona lacustre de Michoacán.
Ahí, a la tumba de su esposo está Doña Hortensia Barrón, que desde hace 28 años regresa a limpiar, quitar la maleza, deshoja cempasúchil y adorna con flores nube y pata de león.
Ella menciona que desde que llega al panteón por la tarde, comienza a platicar con su fallecido marido.
“Me da mucho gusto venir aquí con él cuando le venimos a limpiar le echo una platicada. Vengo a quitarle el sácate y le digo >no dejes que te echen basura<, sí, me gusta platicarle”, comenta entre risas.
Hoy se irán a la media noche, con la promesa de que mañana volverán a prender las velas, y el próximo año a seguir con esta tradición.