Naomi Carmona / Grupo Marmor
Morelia, Michoacán.- “Hoy no es un día para dar inicio a una tradición, porque asesinarnos no es ninguna tradición, por más antiguo que sea el machismo, hoy se trata de reconocer todo lo que está podrido en el centro del sistema judicial y social, porque su apatía e indolencia nos condena a más mujeres a ciclos de violencia sin fin”.
Este miércoles, decenas de mujeres se agruparon en la fuente de Las Tarascas, para marchar en memoria de las víctimas de feminicidio de Michoacán.
Una protesta encabezada por los familiares de las mujeres víctimas mortales de violencia de género. Aquí no fueron ignoradas por las presentes como ocurrió en el evento del gobierno estatal, aquí, fueron las protagonistas, un protagonismo lleno de dolor e impotencia, al recordar a sus mujeres que ya no volverán.
Los tres contingentes recorrieron la Avenida Madero, gritando consignas dedicadas al gobierno, recordando su complicidad con la impunidad y a las instituciones de procuración de justicia, señalándolas como órganos indolentes en el ejercicio de su labor.
El altar más doloroso
En Palacio de Gobierno, ya aguardaba un altar en conmemoración de las víctimas, con flores de cempasúchil, velas y fotografías.
Al lugar llegó la manifestación y todas sus participantes se unieron para escuchar el testimonio de Ireri Hugalde, hermana de Lucia, asesinada por su esposo el 30 de marzo del 2019.
“Ser víctima de feminicido es enfrentar la forma en cómo murió, es recordar cómo mi hermana fue encontrada estrangulada. Es vivir un juicio pesado, desgastante y difícil. Es dar testimonio como hoy en nombre de mi familia y decir: hermana, trascediste, tu muerte no será en vano”.
Al pie del altar más doloroso, que recuerda que todas las mujeres víctimas de feminicidio sufrieron una muerte violenta y cruel, las colectivas que acompañaron a los familiares, recordaron la impunidad con la que el Estado actúa en este tipo de delitos:
“Nosotras las recordamos a diario y las honramos cada vez que salimos a exigir justicia, cada vez que no nos quedamos calladas, las recordamos a diario con dolor, con incertidumbre y con la amargura que provoca la impunidad y las medidas de reparación simbólica”.
El 03 de noviembre fue reconocido por el gobierno del estado como un día de luto y conmemoración, pero no es el inicio de una tradición feminicida.