Naomi Carmona / Grupo Marmor
Morelia, Michoacán.- A Verónica del Toro Morales el enojo, exasperación, ira y decepción se le nota en los ojos, en el ceño, en las manos cuando aprieta los puños, en la voz fuerte y quebrada, que a gritos señala la injusticia que son los 40 años de sentencia que le dieron a su ex cuñado por la muerte de su hermana, María Guadalupe del Toro Morales.
Para Verónica, la condena de Martín García es una burla y un “pinche teatro”. Para ella, víctima indirecta del feminicidio ocurrido hace casi dos años, toda la sociedad, las instituciones, los tres poderes, los grupos feministas, la Fiscalía, todos le quedaron a deber a su hermana.
“Nos quedan a deber, estas condenas son un burla, no hay otra forma de decirlo: parece un pinche teatro, porque no hay forma de reparar la vida humana, no hay forma de reparar todo el daño que comente, que generan… No hay forma”.
A Lupita la mató su ex esposo por celos; se enteró que había salido a celebrar el cumpleaños del hijo menor de ambos con una nueva pareja tras haberlo dejado a él después de 15 años de matrimonio y en el, abusos, violencia y maltratos. Martín no soportó el rechazo y que ella estuviera con alguien más. La engaño para verla al día siguiente, la golpeó, estranguló y dejó su cuerpo semidesnudo en un paraje cerca de La Aldea, en el municipio de Morelia.
Los jueces que dictaron la sentencia, Fernando Hernández Hernández, Jesús Alejandro Sosa Maya y Cristóbal Luviano Tena, reconocieron que el feminicidio fue doloso y planeado, que Lupita sufrió extrema crueldad antes de morir, le dieron la razón a la Fiscalía, y aún así, evitaron darle a Martín la pena máxima de 50 años.
Al salir de la audiencia condenatoria, Verónica está en un mar e lágrimas; su voz hace evidencia del coraje e impotencia. Exige que los políticos estén presentes en los juicios y vivan en carne propia la indolencia e indiferencia de las instituciones de seguridad y de justicia.
“La indiferencia mata, el silencio mata, vivirse calladas mata. No podemos seguir, este es un grito de desesperación, de dolor, de profundo dolor; no puede seguir pasando esto y para evitar que siga pasando esto, necesitamos sumarnos todo mundo, la ciudadanía, las instituciones; necesitamos que el gobernador este aquí en las audiencias, que escuche estas condenas, que acompañe a las familias ; a los diputados a los senadores, los quiero ver aquí y que sientan un poquito de lo que vive, de toda la impotencia que se sienta.
“Estos son crímenes de Estado donde todo mundo les quedamos a deber. No es posible que las sigan violentando, que las sigan asesinando de esta manera y que no pase nada. No podemos seguir siendo tan indiferentes”.
Como el de Lupita, también está el caso de Gaby Pérez, “La Chica Mil Amoles”; su feminicida la asesinó también por celos; la degolló y apuñaló en el trabajo de ella. También fue condenado a 40 años de prisión. La pena máxima de 50 años por feminicidio aún no se hace vigente en Morelia.