Si tus ojos lucen rojos e irritados, tienes comezón y lagrimeas sin aparente razón, es probable que tengas una conjuntivitis. Pero, además, esto podría ser síntoma de una infección de COVID-19.
No se trata de un nuevo síntoma, desde el inicio de la pandemia, diversos estudios verificaron que la conjuntivitis podría ser una de las primeras señales de una infección por coronavirus.
Sin embargo, durante la última ola ocasionada por la variante Ómicron, este síntoma parece predominar más que otros. Por ejemplo, un estudio reciente indica que la pérdida del olfato ya no es un síntoma tan frecuente, en comparación con los contagios ocasionados por la variante Delta.
En una entrevista con el diario inglés Express, Nisa Aslam, doctora del Hospital Real de Londres indicó que la conjuntivitis es uno de los síntomas más comunes con la variante Ómicron.
“Los receptores celulares por los que las variantes de COVID-19 entran en el cuerpo están presentes en el ojo (…) Un artículo reciente muestra que la variante Omicron tiene una mayor capacidad para unirse a los receptores ACE-2 en comparación con las variantes Beta y Delta. Esto sugeriría que la conjuntivitis podría ser un síntoma de la variante Omicron”, indicó la doctora.
Según la médica británica, en algunos casos, la conjuntivitis puede ser leve y, por tanto, no ser objeto de preocupación entre quienes la padecen. Pero, en el contexto de la última ola de COVID, debe prestarse atención a esta molestia y no descartarla como un posible síntoma de coronavirus.
Un estudio publicado en 2020 realizado por investigadores del Hospital Clínico San Carlos (Madrid) ya había identificado la conjuntivitis como una de las posibles manifestaciones clínicas de la enfermedad por coronavirus.
De acuerdo con esta pasada investigación, la conjuntivitis puede presentarse en uno o ambos ojos y los síntomas asociados pueden ser el enrojecimiento del ojo, lagrimeo o leve secreción, condición que se resuelve espontáneamente en dos o cuatro días, sin que hasta ese entonces se hubieran identificado secuelas visuales ni complicaciones graves asociadas.