Miriam Meza / Grupo Marmor
Desde 1995, año en que fue erigida la estatua de Los Constructores en Morelia, el Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM) ha solicitado su retiro al considerar que realza la explotación y discriminación de las personas originarias de las comunidades indígenas, sin embargo, no existe otra escultura que actualmente represente el racismo que se vivió durante la llegada y conquista de los españoles.
El vocero de este movimiento, Pável Ulianov Guzmán Macario negó tajantemente que los comuneros acordarán en asamblea derribar otras estatuas en Michoacán o México, como la de Juan Pablo Segundo en la zona de Altozano, ya que consideran que no representan una ofensa para el pueblo purépecha.
“Queremos desmentir categóricamente nunca ha pasado eso, ni por una idea, no por un concenso, ni por asamblea, es totalmente un chisme, eso no va a pasar, no hay problema con ninguna otra estatua más que con esa que representan la explotación”
Pavel Guzmán, subrayó que el problema de las 64 comunidades, que en asamblea decidieron retirar la estatua de bronce ubicada al inicio del Acueducto en la capital de Morelia, no es contra la sociedad moreliana o la historia que representa la llegada de Fray Antonio de San Miguel o contra de el alarife, sino contra quién se negó a atenderlos: el ayuntamiento de Morelia.
“Nuestra bronca no es con la sociedad de Morelia, nuestro problema es con quién se negó atendernos, en ayuntamiento al cerrar el dialogo, no nos dejó otra opción, entonces no que hacemos es un llamado al ayuntamiento de Morelia para que convoque al diálogo y se llegué a un acuerdo entre las partes”
Recordó que a 500 años de la invasión a Michoacán es buen momento para reflexionar sobre el significado de los monumentos, por lo que está acción es continuidad de lo que sus compañeros realizaron el 12 de octubre de 1992, cuando la estatua de Cristóbal Colón contemplaba su glorieta en Paseo de la Reforma, momento en que vislumbró que se acercaba un mar de gente.
De pronto descubrió humanos trepando sobre su monumento hasta colocarle una manta en el cuello con la leyenda“500 centenario de la masacre indígena”
Le cayó pintura roja, amarilla, escupitajos y consignas: “Repudio al conquistador”, “Respeto a los indígenas”, “Cristóbal Colón al paredón”, “No queremos a Colón ni siquiera en el panteón”, “México no festeja, está de luto”, “500 años de resistencia”, porencionar algunas.
Cabe recordar, que el 14 de febrero, la escultura creada por José Luis Padilla Retana, de tamaño real mostraba al sacerdote español Fray Antonio de San Miguel ordenándole a un purépecha semidesnudo que corte un bloque de piedra, mientras que se veía a otro cargar una piedra sobre su espalda. Una cuarta figura dentro del grupo, conocido como “Monumento a los Constructores”, representaba a un urbanista español de nombre desconocido que sostiene unos papeles.
Ante está imagen el Consejo Supremo Indígena de Michoacán aseguró que las estatuas glorificaban la brutal explotación de sus ancestros, quienes continuaron resistiéndose a los españoles después de la caída del imperio azteca en 1521.
Por ello la petición para su retiro fue consultada en asamblea y votada a favor en la comunidad de Sevina por Jefes de Tenencia, comisariados, jueces tradicionales, consejos de gobierno comunal, quienes en septiembre de 2021 entregaron un escrito al ayuntamiento con dos peticiones una la reubicación de la estatua de bronce y dos el retiro del personaje indígena.
Además, Pavel Guzmán aseguró que se realizaron foros, por lo menos 2 debates, una consulta popular que se hizo en Morelia y 7 comunidades indígenas, así como 2 peticiones change.org para recaudar firmas.
” Esta decisión no fue tomada de un momento a otro sino que estuvimos esperando mucho tiempo, además de que el ayuntamiento se negó sistemáticamente a recibirnos, no ha dar una solución, sino ni siquiera a recibirnos no fuimos atendidos por el actual ayuntamiento eso derivo en qué las autoridades a través de la asamblea mandatarán que los mismos compañeros de las comunidades la retirarán”
Al no obtener respuesta los indígenas con martillos y palos derribaron para este escultura, específicamente a el Fraile Antonio de San Miguel y al alarife, quienes quedaron en pedazos sobre avenida Acueducto, ante la mirada de indiferente de morelianos que transitaban por la zona.
Por su parte el creador de la obra escultórica, José Luis Padilla Retana, mencionó que la escultura fue colocada como un reconocimiento a quienes iniciaron con la construcción de la ciudad que hoy es considerada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
El maestro Retana Padilla, se mostró sorprendido ante la acción del sector indígena, pues acabaron con una obra de arte, en donde la ciudadanía participo donando bronce pues para su realización se ocuparon 8.5 toneladas de este metal y 50 camiones de gas diarios, durante 4 meses.
Todo ello, dijo, realizado no para hacer un mal a nadie sino para reconocer a quienes iniciaron con la construcción de Morelia.