Miriam Meza / Grupo Marmor
En breve integrantes del Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM), revisará la posibilidad de interponer una queja ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor, por el espectáculo “K’uínchekua. La fiesta de Michoacán” que se llevó a cabo durante tres días en la zona arqueológica de Tizntzuntzan.
En entrevista, el vocero del movimiento indígena Pável Uliánov Guzmán, consideró que fue un uso indebido del patrimonio cultural de la región lacustre.
Puntualizó que este tema surgió luego de que algunos de los integrantes de las comunidades indígenas no fueron consultados sobre está actividad y, mucho menos, fueron invitados por parte de las autoridades.
“vimos que primero no fueron consultadas las comunidades, violaron el derecho a la consulta, transgredieron su derecho de patrimonio cultural inmaterial porque no fueron tomadas en cuenta, y segunda, ni siquiera fueron invitados”, dijo.
Pavel Guzmán, afirmó que la realización de este evento en las yacatas de Tzintzuntzan, donde se presenta la cultura de las diversas regiones de el estado a través de la música y la danza, fue un proceso que la Secretaría de Turismo del Estado (Sectur) y la Secretaría de Cultura (Secum) realizó de manera unilateral, sin considerar a los pobladores originarios.
El vocero resaltó que se debió de consultar a los habitantes originarios ya que se está comercializando
y folclorizando sus raíces, sus costumbres y tradiciones, por lo que al utilizar su patrimonio cultural debió consultarse con cada asamblea de las comunidades indígenas.