#ESPECIAL | ¡Temo por mi vida! Ninguna amenaza es válida hasta que te quitan la vida: Mujer víctima

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Miriam Meza / Grupo Marmor

Morelia, Michoacán.- En los últimos tres años Nayeli O., ha vivido con miedo al ser amenazada de muerte por su ex pareja sentimental Rafael R., con quien compartió 15 años y tuvo tres hijos, a los cuales también amenazó.

“Voy a acabar contigo y todo lo que este a tu alrededor, no me importan, ni tus hijos, ni las niñas, ni nada, así me lo dijo, yo no solo tenía miedo por mi persona, por mi seguridad, por mi vida, sino también tenía miedo por mis hijos”, relató en entrevista exclusiva a Grupo Marmor.

Nayeli vive con temor todos los días de su vida y teme convertirse en un número más en la estadística de feminicidios en Morelia, Michoacán, al ver cómo a pesar de tener evidencias, las autoridades, en especial el fiscal Raúl Robles, no ha hecho lo suficiente para garantizarle una vida libre de violencia.

“Pues de una vez le digo que ninguna denuncia por amenaza se judicializa, así me manifestó el fiscal y otra vez yo me estaba enfrentando a otro ministerio, a otro personal de fiscalía que está desestimando el estado de violencia en la que yo vivía”, mencionó con un tono de voz de coraje y frustración.

También narró cómo después de denunciar a su ex pareja en 2020 y tras ser sometida a dos peritajes, se determinó que no había daño psicológico, por lo que su denuncia por amenaza fue considerada improcedente para ser judicializado, a pesar de 15 años de concubinato en el que sufrió insultos, humillaciones, celopatía, golpes, violencia patrimonial, así como amenazas contra ella y sus hijos.

“El ministerio determinó que no se judicializaba mi denuncia porque yo no tenía daño psicológico, el hecho de que yo no tuviera daño psicológico determinaba que por eso no se judicializaba como si la amenaza nunca hubiera sucedido”, lamentó.

Ante esta situación, Nayeli decidió no quedarse callada y hacer visible la violencia de la que es objeto por el padre de sus hijos, aunado a la indiferencia y la falta de empatía por parte de las autoridades, quienes lejos de apoyar a las víctimas, las desaniman para no continuar con la denuncia.

Nayeli describe a su agresor como un manipulador, una persona que se siente segura de vivir al margen de la ley, irresponsable, porque además, dijo, se desentendió de sus dos hijas y las dejó desamparadas sin pensión alimenticia.

A pesar de luchar contra todo tipo de obstáculos, desde los sociales hasta los jurídicos, el 25 de octubre del 2021, un año después de interponer un amparo, su caso se judicializó, tras un proceso que calificó como “desgastante”.

Tras la audiencia inicial, Rafael R., aceptó ante el juez, Wilfrido Cruz Navarrete, haber mandando los mensajes en donde amenaza a Nayeli de muerte, así como las llamadas, por lo que fue vinculado a proceso y se le dictó una orden de restricción para no acercarse, ni tener contacto alguno con la víctima.

Sin embargo, en enero de este año nuevamente Rafael comenzó a hostigarla a través de llamadas en la madrugada, así como amenazas por mensajes de WhatsApp, rompiendo con las medidas cautelares.

En la segunda audiencia, el juez determinó protección las 24 horas para Nayeli a través de elementos de la fiscalía y ordenó un peritaje a los mensajes, la cual no se realizó de manera cabal por parte de la fiscalía, la cual, presume, ha tenido inconsistencias en el proceso.

Tras las pruebas solicitadas, el primero de febrero de este año, el juez determinó la prisión preventiva justificada en contra de Rafael, quien no se entregó durante las siguientes 24 horas, por lo que se giró la orden de aprehensión respectiva.

Ante esto Rafael R., apeló estas medidas cautelares ante un Magistrado de Alzada y solicitó audiencia para revisar las medidas cautelares al considerarlas muy graves y no justificadas, audiencia a la que no se presentó al argumentar y justificar que tenía Covid-19.

En la última audiencia efectuada el miércoles 30 de marzo pasado, nuevamente el agresor no se presentó y no justificó su ausencia, por lo que el juez mandó a la fuerza pública para obligarlo a que se presente el próximo 5 abril, en donde se definirá si procede la prisión preventiva o queda libre, lo que significa que la vida de Nayeli y sus hijos sigue en riesgo.

“Todo este proceso ha tenido un alto costo emocional para mí, muy desgastante, hay momentos en lo que pareciera que nadie lo puede frenar, mi percepción es la de impunidad y que muchas veces las instituciones como fiscalía y el Centro de Atención a Víctimas no alcanzan a cubrir todos los hechos, pero yo no puedo esperar a que una amenaza o varias se conviertan en un feminicidio: lamentablemente apuntando hacia mi”.

Finalmente, Nayeli aseguró que a pesar de todo jamás ha pensado a renunciar a su derecho a la justicia, sino todo lo contrario, ella seguirá luchando por su bienestar y el de sus hijas, al alzar la voz por todas las mujeres que se encuentran en una situación similar y por aquellas mujeres que ya no pueden hacerlos por haber sido víctimas de feminicidio.