Se había avisado. Las cosas no andan bien. No hay armonía entre Chivas y su afición
Desde su salida de Guadalajara el equipo tuvo que evitar ver a sus aficionados, que los esperaban para reclamarles.
A la llegada a su hotel en la CDMX, donde esta noche enfrentan a Cruz Azul, la afición rojiblanca se congregó para recriminar el trabajo de los jugadores y comenzaron a salir las pancartas de protesta.
Salieron las cartulinas con Amaury Vergara, el dueño del equipo, y Ricardo Peláez, el director deportivo, disfrazados de payasos y los mensajes de “mucho sueldo y pocos huevos”. La afición quería que los jugadores salieran.
Antonio Briseño y Fernando Beltrán atendieron el llamado. Y todo fue caos.
Primero fue un aficionado, pero el segundo y el tercero le siguieron de inmediato, en tanto Briseño y Zaldívar regresaban al hotel.
Se rompió un cristal, luego otro. La seguridad del hotel pronto se vio rebasada. Por fortuna nadie resultó herido.
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