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Debanhi Escobar, la joven de 18 años asesinada en Nuevo León, Monterrey, no murió ahogada, sino que sufrió abuso sexual antes de morir, así reveló la segunda autopsia practicada a petición de la familia, tras la inconformidad del dictamen que realizó la Fiscalía General que sostiene muerte por accidente.
El diario EL PAÍS tuvo acceso al segundo informe forense que solicitó la familia de la joven que contradice la versión oficial de la Fiscalía de Nuevo León, en el que señala murió ahogada en la cisterna, tras un golpe en la cabeza.
Sin embargo, la cisterna no contaba con gran profundidad, si acaso con 90 centímetros de agua, según mencionaron las autoridades en una rueda de prensa.
El médico forense de este segundo dictamen recalcó que no se encontró “líquido en el interior de la tráquea y de los bronquios”, de manera que el forense descarta la muerte por ahogamiento.
Tras el análisis de las imágenes de la exploración médica del cadáver, pruebas diagnósticas y conclusiones— señala que el cuerpo de Debanhi Escobar presentaba signos de violencia sexual.
Un dato que no mencionó ni analizó la primera autopsia y que tampoco lo informó la Fiscalía, es que “el cuerpo presenta huellas de una relación sexual vaginal, violenta y reciente”, explica el texto. “Esto se deduce por haber encontrado equimosis violáceas y hematomas” en la zona exterior de los genitales.
Desde el hallazgo del cadáver, el 21 de abril, la Fiscalía solo ha informado sobre la causa de muerte: contusión cerebral. No mencionó, no obstante, más detalles sobre si había sufrido o no abuso, si se había ahogado o había caído ya muerta a la cisterna de agua del motel Nueva Castilla.
Con información de EL PAÍS