Ser “belieber”, como se le llama a quienes siguen a Justin Bieber desde su debut en 2009, ya no es sinónimo de adolescencia: la mayoría de sus fans han crecido con él, lo han visto en su rebeldía y luego en su relación con Dios; fueron testigos de su ruptura y matrimonio. Y en este caminar, muchas se encuentran no como niñas que esperan afuera del hotel con sus madres, sino como mujeres que se han vuelto más despiertas con el tiempo, especialmente después de experiencias como pandemias y problemas de desigualdad y otros tiempos difíciles.
Así se sintió el concierto del Canadiense en Foro Sol, Ciudad de México anoche, donde todos disfrutaron de la música pero tuvieron momentos de pausa y el mismo Bieber tuvo momentos de reflexión y hasta derramó lágrimas.
“Ciudad de México, bienvenidos a mi tour. Este tour es acerca de la unidad y la aceptación porque todos somos iguales y en este mundo hay mucha división, mucha injusticia y conflictos raciales. Nosotros podemos hacer la diferencia, debemos de estar juntos y celebrar la unidad. ¡México, los amo mucho!”, dijo el cantante durante el concierto.
Como parte de su mensaje de solidaridad, el cantante cantó la balada “2 much”, en la que puso las emociones de todos a flor de piel, y para sorpresa de todos, Justin interpretó la canción hasta el punto en que no pudo contener las lágrimas. En respuesta, miles de fanáticos que llenaron el auditorio intentaron alentarlo con palabras de alegría y amor.
Entre gritos ensordecedores de miles de fanáticas que trataban de desafiar las leyes de la física al tratar de sobrepasar las barreras para intentar llegar lo más cerca posible del escenario.
Los gritos hicieron que el cantante se detuviera unos segundos antes de que comenzara cada canción, pero trató de no hacer tanto cuando la multitud se descontroló y siguió gritando: “Justin Justin, Justin”.
Los relámpagos a lo lejos y las gotas de lluvia que amenazaban la escena no desanimaron a los asistentes, quienes siguieron entonando cada canción que cantó la canadiense como “Yummy” y “Hold tight”.
Justin solo necesitó su micrófono para volver a ganarse el corazón de sus fans: en algunas canciones bailó con sus bailarines, en otras simplemente se paró o paseó, como lo hizo en su interpretación de “Baby”. El tema lanzado en 2010 hizo enloquecer al público, al tiempo que las pantallas captaban cada uno de los movimientos de Justin, que eran acompañados por pirotecnia y rayos láser.
“Gracias, México. Rezo por la fuerza, la sanación y la justicia, rezo por los que tienen el corazón roto y rezo por la paz”, dijo Bieber antes de despedirse.