“Yo estaba en el palco 34 del piso tercero, una parte muy alta, pero cuando la fiesta comenzó a ponerse buena por la salida del segundo toro, la corraleja se desplomó, se vino al piso con unas 200 personas”, dijo Cristian lozano, trabajador independiente de 33 años que se encontraba ayer en la corraleja de El Espinal, Tolima en Colombia.
Así es como relata el momento en que las gradas improvisadas en guadua y cuerdas se desplomaron durante la fiesta de corralejas del Festival Nacional de San Pedro , dejando un saldo de cuatro muertos hasta el momento, uno de ellos murió en el lugar y otros, en los centros médicos de la ciudad, entre ellos un niño de un año, según autoridades locales.
“Me quise morir cuando vi que los palcos se desplomaron, y entonces abracé a mi madre y a mi hijo de 4 años que me acompañaban”, comento este ciudadano, que recibió atención en una clínica tuvo una fractura de tobillo y algunos golpes en diferentes partes del cuerpo.
La familia Lozano estaba contenta, estaban en el cuarto piso de la plaza porque querían ver la corrida de toros completa que se había convertido en una tradición durante las fiestas de San Pedro. Con los palcos a reventar, puesto que hacía dos años que no había corridas de toros por la pandemia del Covid-19, la fiesta arrancó a eso de las 12 del día con alegría y fuertes gritos de la gente, muchos de ellos borrachos, que decían:¡Vivan las fiestas, viva San Pedro en El Espinal!
Cristian recuerda que la salida del primer toro fue impresionante por la emoción de los asistentes, pero cuando comenzaron a brincar, “la plaza también comenzó a moverse”, recuerda, que salió el segundo toro, este estuvo unos 10 minutos en la arena y debido a su lesión, la emoción de las personas había disminuido, por lo que fue aburrido. Entonces los participantes, incluidos los niños, escucharon un fuerte ruido, un fuerte estruendo.
“La plaza se movía mucho, se sacudía, y recuerdo que un señor a grito entero dijo: “¡Dios mío, ayúdanos, esta plaza nos va a matar! Y así fue, pues de un momento a otro la estructura se derrumbó, se fue al piso como si alguien la hubiera empujado y ahí comenzó la tragedia”, agregó.
“Lo único que hice fue abrazar a mi hijo que me cayó encima junto con mi mamá y mi tía, y encima también nos cayó la madera y la guadua”.
Una vez en el suelo, tomo a su hijo y corrió hacia el centro del campo para encontrar la salida, ya ahí el toro quería acercarse hacia ellos, por lo que tuvieron que esquivarlo y escapar pero el animal estaba muy cansado y tenía dificultad para moverse. Cuando salió, se encontró con su madre afuera, solo sufrió golpes en el pecho, pero su tía fue trasladada gravemente herida a un hospital de Girardot, Cundinamarca. Cientos de personas han vivido el mismo calvario de Cristian.
Se informo que por estos días El Espinal ha tenido fuertes lluvias, podríamos pensar que por la acción de las lluvias una parte del terreno donde fue construida posiblemente cedió.
Por otra parte, para un mejor apoyo, las autoridades de salud del Tolima han emitieron una alerta roja para que los Hospitales en el Espinal a fin de tener disponibilidad sangre, equipos, ambulancias, camas hospitalarias y personal médico general y especializado.
Luis Eduardo González, director de este centro médico, dijo que por la gravedad de la emergencia es necesario que los ciudadanos Tolima donen sangre en la sede del centro, en el barrio Francia.
“Es importante garantizar a los pacientes lo necesario para que reciban una atención oportuna”, dijo González, y agregó: “Estamos listos con disponibilidad en los servicios de UCI adultos y UCI pediátrica”.
No es la primera tragedia que se presenta en Tolima, 18 de febrero de 1989, el Departamento del Tolima presenció una tragedia similar en la ciudad de Honda debido a la construcción improvisada de las plazas de Corralejas. En aquella ocasión, el derrumbe de los palcos dejó 7 muertos y al menos 50 heridos. La emergencia se produjo tras el derrumbe de gran parte del estadio de guada y zinc, donde se hacían las corridas de toros de esa población ubicada a orillas del río Magdalena.
El caso fue investigado por las autoridades, y tras su posterior fallo, el Tribunal Administrativo del Tolima determinó que existía un importante sobre cupo que no estaba bajo el control de la Policía Nacional ni del gobierno de Honda, pero que dicho tribunal solicitó una indemnización para los familiares de los que murieron y sufrieron daños materiales y espirituales.