En nuestros años en defensa del medio ambiente, hemos visto como paulatinamente en Michoacán se han ido cerrando las posibilidades de una política ambiental que revierta la destrucción ecológica, pues se siguen consolidando las políticas que privilegian los negocios inmobiliarios, agrícolas e industriales por encima de los derechos humanos al agua y a un medio ambiente sano.
Mientras que este año los incendios han arrasado con 10 mil hectáreas, el triple que en 2021, las actuales administraciones estatal y municipal hacen como las anteriores, priorizan la creación de infraestructura multimillonarias e innecesarias como las presas o carreteras que se pretenden hacer en Morelia o afianzan la agroexportación de cultivos como el aguacate y las berries que acaparan el agua y deforestan nuestros bosques.
La deforestación, la contaminación y el abatimiento de los mantos acuíferos se han incrementado por la complicidad de gobiernos continuistas que han reformado las leyes para desregular las áreas naturales protegidas o privatizar y acaparar el agua; asi como por actos de corrupción como los ilegales cambios de uso de suelo en terrenos forestales autorizados por el ayuntamiento de Morelia.
Consideramos que el gobierno de Michoacán, en contra de su propio discurso, no ha sabido separar el poder político del poder económico y eso es lo que los mantiene como rehenes de los que manejaron a los gobernantes anteriores. Por eso se cierran al diálogo y no actúan a favor del medio ambiente.
Por esta razón, se vuelve necesario enfrentar a los gobiernos continuistas con una alternativa real que surja de los movimientos sociales, feministas y ambientales, por lo cual hemos decidido impulsar la agenda ambiental del Frente de Izquierda orientada a garantizar el derecho humano al agua y a un medio ambiente sano para las generaciones presentes y futuras, y luchar por volver realidad la justicia ambiental tan anhelada, la cual se traduce en hacer que la naturaleza, la tierra, los bosques y especialmente el agua, sean comunes para todas y todos, para el bien de las mayorías populares y no de las minorías usureras como hoy. Por lo que proponemos las siguientes medidas urgentes ante la crisis ambiental:
- Agua: En Michoacán ha disminuido en al menos un 30 % la capacidad de 600 de los manantiales que existen, la sequía aumenta en un 20% de un año al otro. El sistema de concesiones posibilita que la extracción de agua se concentre en pocas manos, enfocadas especialmente a la producción de monocultivos (berries y aguacates), actividad industrial o en los fraccionamientos de lujo de nuestras ciudades. Ante este escenario es urgente garantizar el derecho humano al agua y posibilitar un gobierno democrático del agua del pueblo. Priorizar la conservación y rescate de las zonas de captación de agua (bosques) y con esto posibilitar la recarga de los mantos freáticos.
- Luchar contra el cambio climático. Debemos transicionar a una economía de Cero emisiones. La principal contribución de Michoacán al calentamiento global es la expansión agroindustrial. Tal reforma es posible y generaría miles de nuevos empleos dignos.
- Áreas Naturales Protegidas: La mejor manera de cuidarlas es reconociendo la autonomía territorial de sus dueños originales, en su mayoría ejidos y comunidades, y apoyarles a manejarlo eficientemente. Es además una estrategia de construcción de paz, donde hoy domina el crimen.
- El derecho a la ciudad: Es urgente poner un alto a la especulación, defenderemos el derecho a una vivienda digna y movilidad sostenible.
- Derecho Animal: Las demás especies animales, domésticas y silvestres, merecen absoluta protección. En Michoacán el 21.8% de especies están en peligro de extinción, principalmente por la desmesurada invasión de su hábitat por la industria agropecuaria.
- Participación ciudadana: Se debe establecer que las consultas públicas de los planes y programas de desarrollo, así como obras de infraestructura que requieran manifestación ambiental, deban ser vinculantes y contar con toda la información ambiental.
- Soberanía alimentaria: Ha existido un enorme impulso al agronegocio, dejando de lado a las y los agricultores, que se han visto obligados a migrar y dejar sus parcelas. Es necesario que recuperemos su derecho a decidir qué y cómo producir, mientras el Estado se orienta a favorecer a campesinos y consumidores antes que a empresas extranjeras.
- Alto a los agrotóxicos: Debe dejarse de fumigar al pueblo, en especial con los venenos de la “Docena sucia”, responsables de la epidemia de cánceres infantiles y malformaciones congénitas que afectan a un cuarto de millón de personas, además de a la fauna y vegetación silvestres.
- Defensa de los defensores: En Michoacán hay más de 60 ambientalistas asesinados o desaparecidos, la gran mayoría nahuas y purhépechas. El principal agresor de los ambientalistas ha sido el Estado, por lo que debe cesar la represión y debe incorporarse el acuerdo de Escazú para la justicia ambiental en la constitución del Estado.
Lo anterior condensa las ideas que durante más de una década hemos desarrollado y defendido, y que hoy en el Frente de Izquierda lucharemos por volverlas realidad. Las y los invitamos a sumarse al Frente de Izquierda.
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