El sacerdote Mateo Calvillo Paz, de la arquidiócesis de Morelia, Michoacán, fue golpeado el pasado 3 de julio mientras viajaba en su automóvil en el municipio de Queréndaro.
En entrevista con Mario Maldonado para Noticias de la Mañana de El Heraldo comentó que su caso es uno más de violencia.
“Se me cerró en la carretera, se bajó decidido, dijo alguna cosa que no tenía que ver con nadie, era un tipo de 1.90 o dos metros, muy fornido y muy hábil para manejar los puños, en un momento me destrozó la cara, me dejó bañado de sangre”, describió.
Explicó que el incidente ocurrió en la carretera de Michoacán que va a Morelia, entrando a Queréndaro, el miércoles pasado cuando anochecía.
Compartió que tras el hecho, fue internado en el hospital y hasta ahora que salió interpondrá una denuncia.
“La explicación que me doy es un caso de violencia, de los sicarios, de los profesionales de la muerte, y que a mí me pasó lo que le puede pasar a cualquier ciudadano, estamos expuestos a estar personas que andan sueltas, sin control de su persona, sin coherencia, sin lógica, sin respeto de nada”, manifestó.
El padre Calvillo Paz indicó que se vive en un gobierno en total indefensión, no hay autoridad que nos contenga, no se protegen las vidas.
“Estamos viendo que todos los días los criminales se acercan, golpean y no pasa nada, a veces aunque los detengan, no se hizo el debido proceso y los sueltan”. ahondó.
Añadió que se debe tomar en serio el tema de la violencia, “no con declaraciones demagógicas o retóricas”.
“Andrés Manuel, el gobernador y todos los gobernantes deben asumir la primera tarea que tienen, proteger la vida del ciudadano”.
Finalmente, comentó que debido a que hay órdenes de no dispararle a los criminales, el ciudadano común y corriente no siente protección, se siente expuesto a todo, por eso se animó a hacer su denuncia.
Con información de El Heraldo.