Ex amigo de Diego fue testigo del abandono de cuerpo de Jessica González

Naomi Carmona / Grupo Marmor

Morelia, Michoacán.- José Yahir R. C., conocía a Diego Urik N. desde la secundaria, se consideraban mejores amigos y se veían cada fin de semana. El tiempo y la confianza que ambos mantenían hizo creer a Diego que su amigo le ayudaría a encubrir el feminicidio de Jessica González Villaseñor, hecho en el que se señala a Urik como el presunto feminicida.

Durante el inicio de la audiencia oral de este lunes, la defensa del detenido intentó evitar que Yahir subiera a testificar sin un abogado que lo representara, pues desde febrero del 2021 fue imputado por el delito de encubrimiento por conocimiento y su presencia en el juicio oral estaba condicionada, sin embargo, el juez de la causa 1404/2020, Ariel Montoya, consideró pertinente el testimonio, pues la investigación por el delito mencionado se suspendería gracias a la notificación de un criterio de oportunidad entregada al joven.

Fui testigo de eventos de un asesinato

José Yahir notoriamente nervioso, vestido de negro y tenis blancos, lanza miradas a quien era su mejor amigo, sentado atrás de un cuarteto de abogados. Desvía la mirada y se mueve impaciente en la silla de testigos desde donde comienza con su testimonio.

El 21 de septiembre del 2020 recibió una llamada alrededor de las 15:30, del otro lado de la línea era Diego Urik triste por la ruptura con su novia Camila, y le pidió a su amigo verse. Yahir atendió la petición y acudió a las 16:00 horas a la zona de Altozano, en Morelia, lugar donde subió a la camioneta de sus padres otro amigo de nombre Diego S., ambos se dirigieron al fraccionamiento “Bosque Monarca” en donde esperarían a Urik alrededor de una hora pese a los intentos por comunicarse con él.

Al pasar los minutos, responde nuevamente una llamada del imputado; con voz “muy desesperada” les pide que se trasladen al “spot”, una zona en el límite del fraccionamiento y cerca del área boscosa y a escasos dos minutos de distancia de la casa donde vivía su amigo.

Eran las 18:05 horas cuando alcanzaron a Urik en el spot, quien los esperaba alterado, respirando rápido y con la cajuela abierta de su Volkswagen tipo Polo color gris oscuro. El joven le lanza con agresividad la orden a Yahir que bajara de su vehículo y fuera hasta donde él estaba. “¿Eres mi mejor amigo?”, le repite reiteradamente, el testigo le contesta confundido que sí.

“Se alejó y me dejó que viera en la cajuela, que viera un cuerpo envuelto en una sábana azul. No sabía qué era, me asusté mucho porque el estaba muy amenazador. Me alejé y no dije nada”, menciona Yahir mientras sigue esquivando la mirada de su ex amigo. Recuerda el clamor del presunto feminicida para que sus amigos le ayudaran. “Yo no te voy a ayudar con tus mamadas”, fue la respuesta que el testigo le dio en ese momento.

Fue entonces que Urik condicionó el silencio de ambos con amenazas y se apresuró a deshacerse del cadáver; levantó el cuerpo con ambos brazos y se dirigió a la zona boscosa del fraccionamiento. Pasaron algunos minutos hasta que el hoy detenido regresó, tiempo en el que Yahir y Diego S., se preguntaban mutuamente qué hacer.

Urik vuelve con ellos con el cabello y la ropa mojada, agitado y con rasguños en hombros y espalda. “Estoy cansado, quiero bañarme”, expresó ante el shock que mantenían sus dos amigos.

Se fueron al casino con dinero de Jessica

Mientras Urik se bañaba, Yahir y Diego S., esperaban en el cuarto del imputado, sin decir nada, con miedo a ser descubiertos refiriendo lo que acababan de ver. Los tres salen de la vivienda y suben al vehículo de Urik; en su interior se encontraban una bolsa rosa grande, zapatos negros de mujer, bolsas de basura y un hacha nueva.

De la bolsa rosa, Urik sacó un celular azul estrellado de la pantalla y una cartera con identificaciones y dinero. El joven extrajo 200 pesos de la cartera y se los guardó, dinero con el que fueron a un casino en la zona de Altozano.

De regreso al fraccionamiento Bosque Monarca, Yahir intentó preguntar sobre lo ocurrido, mientras que Diego Urik evadía los señalamiento.

“Le pregunté porqué lo hizo, quién era. Le dije porqué no mataste a un animal o a un perro en vez de un ser humano y él contestó “.

Diego tenía actitudes misóginas

A partir de ese 21 de septiembre, Yahir evitó comunicación con su amigo, no quería saber nada de él; sentía miedo de Urik por las amenazas vertidas en el spot, y el “grado de influencias” que según mantenía. El mismo temor evitó que fuera a declarar lo ocurrido en la Fiscalía General de Justicia.

Durante los siete años de amistad, le conoció tres novias: Diana, Rebeca y Camila, sin embargo, mantenía relaciones sexuales con más mujeres, de quienes se expresaba de forma misógina, llamándolas “perras” y “putas”.

El joven negó conocer a Jessica González, hasta que vio su rostro replicado en redes sociales y en medios de comunicación por su desaparición.

Juez acepta seis pruebas materiales

Durante el testimonio, los integrantes del Ministerio Público, llevaron a la sala 16 seis objetos que Yahir identificó y describió: una sábana azul aqua reconocida como la cubierta del cuerpo; una hacha nueva con mango de madera; una bolsa rosa palo; una playera negra, pans negro y tenis Adidas negros, prendas que supuestamete portaba Diego Urik el día que presuntamente asesinó a Jessica y se deshizo del cadáver.

La defensa del señalado intenta desestimar las pruebas, justificando que el testigo no dio detalles como la marca de la sábana, del hacha y las letras de la franja blanca en el pans. Ariel Montoya aceptó los seis objetos como evidencia material.

La defensa de Urik fue poco clara, retiró preguntas y no pudo evitar que las objeciones del MP fueran aceptadas por el juez, pues caían en cuestionamientos ambiguos, ya contestadas, confusas, conclusivas, con información que el testigo no vertió, compuestas o que no eran de la materia.

Tensión por supuesta amenaza

Faltaba poco para que Yahir fuera liberado como testigo por la FGE, cuando llegó el momento de más tensión de la audiencia: una amenaza alertaría al juez y los policías penitenciarios presentes.

El padre de Diego, presente en la zona del público, no desviaba su mirada del joven testigo, mientras movía su cabeza arriba y abajo; ambos se miran y Yahir le pide al togado hablar.

“Tengo una incomodidad, el papá de Diego me está haciendo señas de una pistola”, advirtió Yahir, mientras el hombre en el público se reía y hacía movimientos circulares con la mano izquierda refiriendo que el joven estaba loco.

La tensión fue inmediata, a los fiscales se les observó nerviosos, Yahir se toca constantemente el pecho y se frota las manos en el pantalón, los policías peritenciales no le quitan la vista al padre del imputado, y un nuevo elemento aparece para resguardar la puerta del juez Montoya.

Concluida una larga audiencia de poco más de cuatro horas, el togado le manifestó al joven su derecho a acceder a medidas de protección en caso de ver su seguridad vulnerada por la supuesta amenaza en el juicio, adelantando que se revisaran los audios y videos de la audiencia de este lunes, es entonces cuando Yahir advierte, “he recibido constantemente amenazas por mensajes. ¿Si denuncio se pueden agregar a la investigación de hoy?”, cuestionó.