Ante el golpe político dado por Napoleón en España, se dieron dos tendencias con relación al gobierno de Nueva España.
Por un lado, los criollos residentes en México creyeron que la mejor forma de gobierno residía en las manos del pueblo. La autoridad del virrey era vista de manera muy negativa y, en menos de dos años, hubo al menos tres virreyes, lo que indicaba la inestabilidad que había en ese momento.
Por otro lado, la otra inclinación era partidaria de seguir bajo la orden de los peninsulares. Así, el día 15 de septiembre de 1808, los criollos se impusieron al virrey. Esto dio lugar a un golpe de Estado por parte de los peninsulares, quienes asignaron como virrey a Pedro de Garibay.
A partir de este acontecimiento, ocurrieron otros sucesos importantes que llevaron a nuestro país a su liberación del Imperio español.
Tras el golpe de 1808, los criollos no se rindieron y siguieron reuniéndose de forma clandestina. Así, en septiembre de 1809 se originó la Conjura de Valladolid en la provincia de Michoacán.
La conspiración estaba compuesta por miembros políticos, religiosos e intelectuales criollos, como José María Obeso, el fray Vicente Santa María y el padre Manuel de la Torre Lloreda. Tenía el objetivo de tomar el gobierno en nombre de Fernando VII de España, quien había sido expulsado, a fin de “guardar” el trono para él.
A finales del año 1809, la conjura fue descubierta y sus participantes encarcelados. Aunque, más tarde, consiguieron la libertad con ayuda del virrey. Sin embargo, las organizaciones secretas no terminaron aquí, sino que surgieron otras a favor de la independencia, como la Conspiración de Querétaro.
Esta conjura surge en el año 1810 en la ciudad de Querétaro, donde Ignacio Allende y su esposa Josefa Ortiz reunieron en su casa a distintos intelectuales a favor de la independencia. Allí planeaban la insurgencia. Entre los presentes estaba el cura Miguel Hidalgo.
Los simpatizantes de la conspiración necesitaban el apoyo popular para llevar a cabo su plan: los principales capitanes atraparían a las autoridades españolas y les devolverían en barcos a España.
Ante la posibilidad de ser descubiertos, decidieron adelantar sus planes de toma del gobierno. Entonces, tuvo lugar el hecho que dio inicio a la Independencia: el grito de Dolores.
En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo llamó a los pobladores a luchar en su famoso Grito de Dolores. Este acto se considera el inicio de la guerra de independencia de México.