Tras 14 años de lucha la CEAV reconoció como víctima de los granadazos a María de Jesús

Miriam Meza/ Grupo Marmor

Tras vivir 14 años de lucha jurídica, pero sobre todo meses de sufrimiento, de un sin fin de operaciones quirúrgicas, de gastos económicos que la llevaron a vender lo poco que tenía para cubrir los gastos médicos, Maria de Jesús Vázquez Silva fue reconocida como víctima de los granadazos del 15 de septiembre de 2008.

Fue el pasado 2 de septiembre cuando la Comisión Estatal de Atención a Víctimas (CEAV) reconoció a María de Jesús dentro de la lista de personas afectadas por las esquirlas, lesiones que le ocasionaron la amputación de la pierna izquierda y que en la lista emitida por la entonces Procuraduría General del Estado (PGE), hoy Fiscalía General del Estado (FGE), no fue considerada como tal, sino como persona agraviada de los hechos, omisión que la llevaron a quedar fuera de la atención médica, psicológica y de una pensión acordé a sus lesiones que le impidieron volver a trabajar.

“En ese caso no hay ninguna reparación, no hay nada, nada hay, ningún apoyo, lo único que logramos fue que aquí en el estado se nos diera una pensión como agraviados, pero ya estamos reconocidos cómo víctima tanto a nivel estatal como federal”

En su silla de ruedas desde el lugar donde estallaron dos granadas de fragmentación, con los ojos llenos de lágrimas, pero con una mirada que deja ver la fortaleza que ha tenido para salir adelante, María de Jesús recordó aquella noche del 15 de septiembre de 2008, una noche de fiesta que en cuestión de segundos se convirtió en un momento de dolor, desesperación, de luto y tristeza.

Relató que como cada año acudieron a la ceremonia del Grito de Independencia acompañada por su esposo, sus tres hijos y un nieto, decidieron acercarse a la plaza Melchor Ocampo para esperar la hora en la que el gobernador comenzará con la arenga para recordar a los héroes que lucharon por la libertad.

Maria, mencionó cómo inexplicablemente entre un mar gente de repente les abrieron el paso, lo que facilitó que llegaran a la plaza Melchor Ocampo y se ubicaran justo en la zona donde cayó una de las granadas.

“A mis hijos les gusta mucho el encuentro de bandas de bandas de guerra,  empieza como 8:30 y termina como a las 10:30, y nada más es como media hora para que empiece lo del grito, ya nada más en lose acomoda la gente y todo, nos despegamos de ahí de la banda de guerra y nos fuimos a la plaza Benito Juárez, pero los muchachos y vamos para aquel lado mamá y vamos a ver de aquel lado, había mucha gente pero ya nos fuimos moviendo al pasito, nos abrieron el paso como si dijeron pásenle, llegando a la plaza Melchor Ocampo y nos acomodamos” 

Comentó que afortunadamente sus hijos, inquietos decidieron ir a los puestos de la plaza San Francisco, sin embargo, decidió no acompañarlos debido a que se encontraba cansada tras una larga jornada laboral

“Yo venía de trabajar, venís muy cansada les dije que fueran ellos y que una vez que concluyera el grito nos íbamos a regresar a la casa en ese lapso de dieron las 11:15, empezó el grito y al segundo companazo explotó la granada y pues nos sumió hasta el piso, así como nos sumió, no nos hemos podido levantar, económicamente, físicamente y mentalmente eramos el pilar de la casa, trabajamos para nuestros hijos”

María no volver a trabajar, estuvo meses hospitalizada y aislada, recibió más de 150 lavados quirúrgicos en el cuerpo y heridas que tenía, me implantaron 50 injertos que me quitaron de mi propio cuerpo para ponernelos en la pierna y nunca se me alivio mi pierna, terminamos con todo lo que teníamos vendió casa, vendió coche, vendió todo lo que tenía”

Finalmente, María, su esposo y sus hijos han podido salir adelante a pesar de las adversidades y desean que las personas que ocasionaron esto no lo vuelvan hacer.