Morelia, Michoacán, 26 de noviembre del 2022.- El Phoenicopterus, popularmente conocido como flamenco o flamingo, se caracteriza por su gran tamaño y peculiar aspecto que lo convierte en una de las aves acuáticas más espectaculares.
Normalmente, superan el metro de altura; el tamaño de sus largas patas y del cuello, con 19 vértebras cervicales y sus tonos rosados las hacen ser de las aves más elegantes del planeta.
El Parque Zoológico “Benito Juárez” tiene en su colección 68 ejemplares, teniendo los 7 más pequeños de ellos apenas siete meses de vida, informó Gerardo Rodríguez Sánchez, jefe de la Unidad Operativa de Atención a Aves.
Indicó que algunas de sus características son que viven en colonias y que tienen la capacidad de dormir sobre una pata ya que no necesitan de otras partes del cuerpo para mantener el equilibrio, como nosotros; además de que realizan gestos muy divertidos para comunicarse entre ellos.
El color de sus plumas obedece al agua salada y a su alimento, unos pequeños crustáceos, los cuales contienen “carotenoides”, los pigmentos orgánicos que los pintan de rosa. Añadió que las aves más jóvenes tardan tres años en conseguir ese color.
Uno de los comentarios más frecuentes que hacen los visitantes al Zoológico, dijo el médico veterinario, es por qué el agua de su albergue está sucia. “La realidad es que no es agua sucia, tienen tres estanques de agua salobre (con sal) que puede verse pantanos o lodosa, pero es por su alto contenido de materia orgánica en descomposición”.
Añadió que su lengua actúa como una bomba aspirante que filtra aguas salobres y retiene el alimento, y sus crestas en forma de dientes en la parte exterior del pico, le ayudan a filtrar la comida del agua.
Rodríguez Sánchez añadió, que otro de sus estanques posee arcilla, el cual además de proveer microorganismos para su alimentación me provee los materiales necesarios para la elaboración de su nido en época reproductiva. Dijo que el tercer estanque es de agua potable, de donde toman agua y se bañan.
Para la construcción de sus nidos utilizan sus patas y forman con el barro un montículo con una altura de más de 30 centímetros, en el que hacen un hoyo para depositar de uno a dos huevos. Tanto