Estados Unidos acusó el viernes pasado a “Los Chapitos”, hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, por tráfico de fentanillo.
El anuncio fue hecho un día después de que delegaciones de alto nivel de los gobiernos de México y Estados Unidos acordaron en Washington combatir el tráfico de fentanilo y de armas en América del Norte, como parte del Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad binacional, que data de 2021. Antes del encuentro, la Casa Blanca divulgó el miércoles una serie de iniciativas, entre ellas la planeación de sanciones y la creación de una coalición global para detener el flujo de este opiode.
Los cargos se hicieron públicos en el Distrito Sur de Nueva York contra 28 acusados, entre miembros del cártel de Sinaloa, proveedores en China de precursores químicos, a la empresaria Rubio Zea, con sede en Guatemala, quien compra estas sustancias en nombre del cártel, operadores de los laboratorios clandestinos en México donde se fabrica fentanilo, un proveedor de armas y varios implicados en lavado de dinero.
Siete miembros de la red ya han sido detenidos en Colombia, Grecia, Guatemala y Estados Unidos, afirmó en la rueda de prensa la directora de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Anne Milgram, para quien el cártel de Sinaloa y Los Chapitos son los principales responsables del fentanilo que inunda Estados Unidos.
Dos de los acusados, Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, son líderes del cártel, junto con Ovidio Guzmán López, imputado en una acusación separada, también revelada hoy, por su papel en actividades de fabricación y tráfico para el cártel, detalló Garland. Guzmán López, alias El Ratón, fue capturado el pasado 5 de enero por el Ejército Mexicano en la ciudad de Culiacán y en territorio estadunidense enfrenta una cadena perpetua por el trafico de drogas.
En otra acusación formal en Nueva York figura el nombre de otro Chapito, Joaquín Guzmán López, y los cuatro en otra inculpación, esta vez en un tribunal del Distrito Norte de Illinois.
Garland mencionó algunas actividades del cártel de Sinaloa: “Dieron de comer a los tigres de Los Chapitos a algunas de sus víctimas, vivas o muertas”, dos acusados probaron el fentanilo en individuos que estaban atados, los sicarios torturaron, a veces durante horas, y mataron a miembros de las fuerzas de seguridad mexicanas e intimidaron a civiles.
Los hijos de El Chapo heredaron un imperio mundial del narcotráfico, lo hicieron más despiadado, más violento, más letal y lo usaron para propagar un nuevo veneno, el fentanilo, que mata a más estadunidenses de entre 18 y 45 años que el terrorismo, los accidentes de tráfico, el cáncer o el covid-19, destacó Milgram.
Lo pasan de contrabando por tierra, mar, aire y túneles subterráneos desde distintas rutas, precisó. Saben que están envenenando y matando estadunidenses; sencillamente no les importa porque ganan miles de millones de dólares haciéndolo, sostuvo.
Paralelamente, el Departamento de Estado ofreció una recompensa de 10 millones de dólares por la captura de Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar y 5 millones por Joaquín Guzmán López.
Además, el gobierno estadunidense impuso sanciones a dos entidades en China y a Rubio Zea, acusándolas de suministrar precursores químicos a cárteles en México para la producción de fentanilo, informó el Departamento del Tesoro.
Con información de La Jornada.