El descubrimiento de una veintena de entierros humanos en la zona arqueológica de Moral-Reforma fue anunciado por arqueólogos del INAH.
Estos entierros se encontraron en la Estructura 18, ubicada en la plaza oriente de la antigua ciudad, y sugieren que dicha construcción podría haber estado relacionada con la muerte o con una deidad del inframundo maya.
Algunos cuerpos presentaban señales de decapitación, y al menos ocho de ellos fueron desmembrados y colocados de forma separada para ser consagrados al templo.
Los entierros datan del periodo clásico tardío (600-900 d.C.) cuando el sitio arqueológico era un importante centro de navegación e intercambio cultural y de mercancías entre los pueblos mayas del Petén guatemalteco y los de la costa del Golfo de México.