El 1 de junio se celebra el Día Mundial de los Arrecifes, con el objetivo de crear conciencia sobre los peligros que enfrentan estos ecosistemas marinos debido al calentamiento global de los océanos, la pesca excesiva y la contaminación. Esta conmemoración busca difundir la importancia de proteger y conservar los arrecifes, así como promover el compromiso de organizaciones y empresas en su preservación. Según estimaciones de la División de Ecosistemas Marinos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, para el año 2050 podríamos perder los arrecifes de coral vivos en todo el mundo, lo cual es una situación alarmante que requiere acciones urgentes por parte de las naciones.
Los arrecifes de coral son formaciones marinas compuestas por organismos marinos invertebrados y se encuentran principalmente en aguas tropicales poco profundas que reciben energía solar. Son conocidos como los “bosques tropicales del mar” debido a la gran diversidad de flora y fauna marina que albergan, como peces, langostas, cangrejos, pulpos, estrellas de mar y otros animales invertebrados.
El coral es una estructura formada por millones de animales marinos llamados pólipos, que convierten el calcio presente en el agua de mar en piedra caliza alrededor del coral. Estos corales se agrupan en colonias, y cuando las colonias son de gran tamaño, se les llama arrecifes.
Existen diferentes tipos de arrecifes, como los arrecifes costeros que se ubican cerca de la línea costera y son los más jóvenes, los arrecifes de barrera que se encuentran más alejados de la costa formando una pared entre aguas profundas y el mar abierto, y los atolones, que son arrecifes con forma de anillo que se desarrollan en aguas cálidas de los océanos Pacífico e Índico, Mar Caribe y la costa este del centro de América del Sur, y sobreviven en temperaturas entre los 16 y 20 grados.
Además de su valor estético, los arrecifes desempeñan un papel importante en la protección del medio ambiente. Contribuyen a contrarrestar el efecto invernadero al absorber y reciclar dióxido de carbono, y sirven de hábitat para una cuarta parte de todas las especies marinas del mundo. También protegen las islas y los continentes de las olas y las tormentas, lo que favorece la supervivencia de otras especies en aguas poco profundas cerca de la costa.
Sin embargo, los arrecifes se ven afectados por diversos factores perjudiciales, como la extracción indiscriminada de material coralino, la contaminación industrial con plásticos, pesticidas y otros desechos, la construcción de infraestructuras costeras, la canalización de aguas residuales hacia los mares, el turismo no regulado y el aumento de la temperatura de los océanos debido al calentamiento global, que provoca el blanqueamiento de los corales y reduce su capacidad reproductiva y esperanza de vida. Incluso los residuos de protectores solares que contienen oxibenzona y octinoxato pueden tener un impacto