El dueño de la carnicería donde ocurrió el incidente en el que un policía arrojó a un perro a un cazo con aceite hirviendo en Tecámac ha hecho declaraciones sobre lo sucedido. Un video con las palabras del supuesto propietario del establecimiento ha comenzado a circular en las redes sociales.
En el video, se puede observar a un hombre con gorra roja, lentes y playera blanca, y se afirma que es el dueño de la carnicería donde ocurrió la trágica muerte del perro llamado ‘Scooby’, a manos de un policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México que lo arrojó a un cazo que se encontraba afuera del local. Esas son las imágenes que se han difundido en Internet y han captado la atención del público.
Crónica del propietario de la carnicería donde murió el perrito en un caso con manteca hirviendo, lanzado por un imbécil”, se lee al inicio del video.
El individuo que se presenta como el dueño de la carnicería relata que un hombre llegó a su negocio y lo amenazó de muerte, exigiendo que cerrara en un plazo de media hora o de lo contrario lo mataría.
Me decía que para prueba de ello me iba a dejar un regalito y fue cuando agarró al perro y lo aventó al cazo en donde yo hago el chicharrón, había manteca a temperatura muy alta”, dijo el hombre.
Según las declaraciones del hombre del video, el perro fue retirado con vida del cazo, pero solo después de que transcurriera un tiempo suficiente para que la grasa caliente se enfriara y permitiera su rescate.
Cuando lo sacamos el perro todavía estaba vivo, tratamos d buscar un veterinario pero es domingo, vivimos en un pueblo, no encontramos a ningún veterinario. El perro estuvo en agonía no sé unas 5, 4 horas, el perro vivo, en lo que tratamos de buscar ayuda, ya desafortunadamente falleció el perro”, se escucha decir.
En relación al caso del perro que falleció tras ser arrojado a un cazo, el dueño de la carnicería mencionó que la organización “Peludos desamparados” se estaba encargando del asunto. El perro se llamaba ‘Scooby’ y se descubrió que tenía una familia, perteneciente a un niño de 8 años llamado Roberto, residente del pueblo de San Pablo Tecalco en el municipio de Tecámac.
El individuo responsable de arrojar al perro era un policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México. Una vez que fue identificado, la SSC lo suspendió de su cargo.