Aproximadamente un mes después de que ocurriera un trágico accidente que acabó con la vida de la familia Sifuentes González, quienes eran amantes de los viajes y perdieron la vida mientras visitaban el monte Everest en Nepal, se llevó a cabo una ceremonia religiosa en honor a los cinco miembros fallecidos. La misa tuvo lugar en la parroquia de San José Obrero en el municipio de San Nicolás de los Garza, una ciudad conurbada a Monterrey, Nuevo León, donde vivían.
Para despedir a Ismael Sifuentes Rincón y Luz González Olacio, esposos, así como a sus hijos Fernando, María José y Abril Sifuentes González, algunos familiares viajaron desde el estado de Coahuila, su lugar de origen, a pesar de que no residieran allí. Entre lágrimas y abrazos, rindieron el último adiós a esta familia de cinco integrantes.
En el altar de la parroquia había cinco urnas doradas, acompañadas por una fotografía familiar. Junto a los familiares, asistieron a la misa vecinos, amigos, compañeros de trabajo y de escuela de cada uno de los miembros de la familia fallecida, quienes murieron durante uno de sus numerosos viajes.
El sacerdote Ángel Josué Loredo ofició la misa en memoria de la familia Sifuentes González. Aunque el párroco admitió no haberlos conocido personalmente, había escuchado varios comentarios sobre su bondad y su fe.