Monserrat Hernández/Grupo Marmor
La ofrenda de la celebración del Día de Muertos, se hace con el objetivo de estar cerca de los seres queridos que ya se fueron, y sin duda, es un acercamiento para dialogar con su recuerdo.
Dicha ofrenda, es una mezcla cultural donde los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras; los indígenas, por su parte, le agregaron el sahumerio con su copal, la comida y la flor de cempasúchil.
Cada uno de los elementos que forman parte de esta ofrenda encierran su propia historia e incluso misticismo. Por ello, aquí tenemos el significado de cada uno de ellos:
- Fotografía del recordado: El retrato sugiere el ánima que nos visitará, pero este debe quedar escondido, de manera que solo pueda verse con un espejo, para dar a entender que al ser querido se le puede ver, pero ya no existe.
- El agua: La fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso.
- La sal: Elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
- Velas y veladoras: La flama que producen las velas, veladoras o ceras significa “la luz”, la fe, la esperanza. Es guía, con su flama titilante para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada.
- Copal e incienso: El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza.
- Las flores: Símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima, la cual al marcharse se irá contenta, siendo el cempasúchil la flor más popular durante esta celebración.
- El petate: Entre los múltiples usos del petate se encuentra el de cama, mesa o mortaja. En este particular día funciona para que las ánimas descansen, así como de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.
- El pan: El ofrecimiento fraternal es el pan. La iglesia lo presenta como el “Cuerpo de Cristo”. Elaborado de diferentes formas, el pan es uno de los elementos más preciados en el altar, siendo el conocido Pan de Muerto, el más popular para poner en la ofrenda.
- Para la decoración, el altar suele decorarse con papel picado, telas de seda o satín donde descansan también figuras de barro, incensario o ropa limpia para recibir a las ánimas.
- También se puede colocar agua, jabón y toalla por si el ánima necesita lavarse las manos después del largo viaje.
Cabe mencionar que, en el altar de muertos, las ofrendas se colocan en una mesa con dos niveles que simbolizan el cielo y la tierra. Si es de tres, se les añade el purgatorio.
Los altares de muertos más grandes son de siete niveles y representan los pasos para llegar al descanso eterno.