En una reunión para abordar las consecuencias del huracán Otis en Guerrero, el sector empresarial se comprometió ante el gobierno federal a evitar la especulación de precios en productos esenciales para la reconstrucción de Acapulco.
Sin embargo, en un estado donde 51,000 viviendas resultaron con pérdida total y donde se lucha por restaurar servicios de telefonía, internet y agua, la especulación de precios se ha convertido en una preocupación urgente para la sociedad.
En medio de la escasez de insumos, se ha observado reventa de productos en la región debido a los daños sufridos por los comercios y la gradual recuperación de los servicios básicos.
La población de Guerrero, con 3.45 millones de habitantes, de los cuales 779,556 residen en Acapulco, enfrenta un alto costo de vida, destinando más del 60% de sus ingresos mensuales a alimentos, bebidas y tabaco.
Esta situación ha experimentado un aumento del 19.3% en comparación con 2020, lo que, sumado a la emergencia y los estragos causados por el huracán, ha llevado a la población a enfrentar la escasez de ingresos y un aumento en el costo de productos básicos, lo que podría aumentar la inseguridad en la zona.
