La representación de un pesebre con dos madres en lugar de las tradicionales figuras de María y José ha generado controversia entre católicos conservadores y políticos italianos.
El nacimiento, ubicado en la iglesia de los Santos Pedro y Pablo en Capocastello di Mercogliano, fue defendido por el párroco, el padre Vitaliano Della Sala, quien buscaba reflejar la diversidad de las familias en la sociedad actual, incluyendo aquellas con padres separados, parejas homosexuales y madres solteras.
El padre Della Sala, conocido por apoyar causas LGTB y de izquierda, argumenta que su enfoque está alineado con la postura del papa Francisco, quien recientemente permitió a los sacerdotes bendecir parejas del mismo sexo.
Sin embargo, el senador Maurizio Gasparri de Forza Italia considera que la representación LGBT “ofende” a quienes tienen respeto por la Sagrada Familia.
El grupo Pro-Vita & Famiglia lo calificó como “peligroso, vergonzoso y blasfemo” y lanzó una petición en línea, con más de 21 mil firmas, pidiendo la intervención del obispo de Avellino, alegando que contradice las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia y legitima la paternidad homosexual y los vientres de alquiler.