La tarde del miércoles 10 de enero, en la Ciudad de México, se observó una nube inusual con forma elíptica, similar a un ovni, que capturó la atención de los habitantes debido a su extrañeza y su coincidencia con el atardecer.
Esta nube también fue vista en Toluca. Aunque algunos especularon sobre su significado negativo, se aclaró que se trata de nubes lenticulares, formadas por el efecto invernadero y el choque de corrientes de aire.
Estas nubes, estacionarias y aparentemente estáticas, son más comunes de lo que se piensa y suelen formarse en zonas montañosas como el Valle de México.
Su apariencia de ovni se debe a su forma de lente convergente, pero no tienen relación con eventos catastróficos o presagios.
El fenómeno se explica por la condensación de masas de aire en una situación de inversión térmica, donde las corrientes de aire se ven obstaculizadas verticalmente.
En resumen, aunque sorprendente, la presencia de estas nubes no indica eventos negativos o peligros inminentes.