Morelia, Michoacán, a 12 de enero de 2024.- Para nadie es un secreto que México es el mayor exportador de aguacate a todo el mundo. Tan solo en 2017 se enviaron al extranjero casi dos millones de toneladas, de manera que no es extraño que un negocio de semejantes magnitudes no termine enrevesado con otro de proporciones similares como el narcotráfico.
Europa lo sabe, y varios restaurantes británicos no están dispuestos a quedarse cruzados de brazos; los aguacates son “los diamantes de sangre de México” ha dicho JP McMahon, uno de los chefs más afamados de Irlanda al haber sido reconocido con estrellas ‘Michelin’ uno de los máximos galardones para cocineros de todo el mundo, y por ello sus restaurantes están vetandolos de sus menús.
Una historia que lleva al menos un lustro escribiéndose continua en la actualidad.
Los reportes no son nuevos. De hecho, la pelea por el aguacate formó grupos de autodefensas en 2013 en Michoacán (de donde viene cerca del 70 por ciento de aguacates) en donde el cártel que se hace llamar ‘los caballeros templarios’ vieron en el aguacate una forma de lavar dinero y operar como cualquier otro negocio. Así comenzó una era de secuestros y homicidios a cambio de cuotas que debían pagar los productores.
Nueve de cada diez aguacates importados a Estados Unidos provienen de Michoacán
Lo anterior es de dar vergüenza, gobiernos vienen y van y todo, absolutamente todo continua igual, o peor. Los empresarios aguacateros viven en terror al igual que los trabajadores más humildes, pues quienes dicen y ponen las reglas del trabajo son los grupos delincuenciales del estado y esto es en general de lo producido en Michoacán, desde el limón hasta el aguacate.
Pero que podría esperarse de un estado en el que los gobiernos al vapor son la constante, desde tiempos de los Cárdenas hasta el actual gobernador Bedolla, son políticos sin experiencia brotados al calor del ambiente político y al amiguismo de quien despacha en palacio; si recordamos en Michoacán tuvimos un gobernador que ni en sus mayores sueños guajiros lo habría pensado siquiera en serlo, Salvador Jara Guerrero por nombrar alguno, pero de sobra se sabe que quien gobernó fue Alfredo Castillo, a través de un hito de terror en la entidad con el respaldo presidencial de Enrique Peña Nieto y por supuesto el trabajo con grupos delincuenciales que reinaban y continúan haciéndolo en Michoacán.
Hoy, al otra vez tener a un Gobernador con falta de política interior y exterior, nuevamente hecho al vapor por los errores de Morón, vemos como este problema con la fruta más importante del estado y del país se le va de las manos, unas manos que lejos de abonar a la construcción de un mejor estado, está permitiendo que la inseguridad sea quien marque el ritmo a seguir en la entidad, y es que obviamente no es él quien manda, él tiene el cargo, pero no el poder, bien dice Maquiavelo, es más importante la influencia que el poder, pues el poder puede recaer en la parentela y la estirpe, pero la influencia se gana y pesa más que el poder mismo, pues el mover las piezas desde lo obscurito, desde el anonimato te exime de cualquier mal resultado y sin duda, hoy Michoacán es un mal resultado generalizado y son otros quienes realmente mandan y todos sabemos quiénes son.
2024 es un año electoral, y los fallos en la colocación de cartuchos quemados por parte del gobernador, solo permiten ver a lo lejos lo que se avecina para Michoacán, otra vez el amiguismo y el clientelismo político del que tanto se quejaban con Silvano toma fuerza también con Bedolla, y nuevamente será el pueblo quien pague los errores de alguien más.