En su conferencia matutina en el Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador desestimó la investigación de la DEA que sugiere un presunto financiamiento por parte del crimen organizado en su campaña de 2006.
Afirmó que no existen pruebas que respalden dicha investigación y la calificó como una campaña difamatoria dirigida no solo a México, sino también a varios países de Latinoamérica. El presidente destacó que estas acusaciones provienen no solo de la DEA, sino también de élites supuestamente sobretasadas.
En relación con la elección de 2006, recordó que Felipe Calderón Hinojosa del PAN ganó la presidencia, mientras que él, Andrés Manuel López Obrador, fue candidato del PRD. Tras la derrota, organizó una manifestación en el Paseo de la Reforma que duró más de 45 días y concluyó el 14 de septiembre.
López Obrador rechazó la investigación que señala financiamiento y vínculos con el crimen organizado en su primera campaña presidencial, calificándola como un “montaje” y “propaganda sucia”.
Atribuyó estas acusaciones a motivos políticos y a un intento de perjudicar su imagen en un momento en que, según él, a sus opositores no les va bien políticamente. Además, indicó que sus encuestas reflejan la aprobación de su gobierno, pero que las encuestas políticas y electorales ofrecen una explicación adicional a la situación.