Este lunes, el rey británico, Carlos III, tomó la decisión de suspender su agenda pública para iniciar un tratamiento contra un tipo de cáncer recientemente diagnosticado, del cual no se han revelado detalles específicos. La noticia ha tenido un fuerte impacto en el Reino Unido, dado que el monarca asumió el trono hace menos de un año y medio tras el fallecimiento de su madre, Isabel II.
A las 18:00 GMT, el Palacio de Buckingham emitió un comunicado informando sobre el estado de salud del rey y cómo se descubrió el cáncer durante un proceso hospitalario por un agrandamiento de próstata benigno. Aunque la intervención inicial no estaba relacionada con el cáncer de próstata, las pruebas diagnósticas posteriores identificaron una forma de cáncer diferente.
A pesar de la incertidumbre, expertos en la terminología de Buckingham sugieren un tono optimista en el comunicado, resaltando la gratitud del rey hacia el equipo médico por su intervención rápida, posible gracias a la cirugía reciente. Además, se señala que Carlos III mantiene una actitud “totalmente positiva” hacia el tratamiento y expresa su deseo de regresar a la vida pública tan pronto como sea posible.
A sus 75 años, el monarca inició de inmediato un “calendario de tratamientos regulares”, lo que implica la suspensión de sus compromisos públicos.