Monserrat Hernández/Grupo Marmor
El 12 de febrero de 1947, por iniciativa del entonces presidente Miguel Alemán Valdés, se reformó el artículo 115 fracción I, de la Constitución Federal, esto con el firme objetivo de establecer la participación de las mujeres mexicanas en las elecciones municipales, concediéndoles el derecho de votar y ser votadas, en igualdad de condiciones que los varones.
Entre los antecedentes más importantes a este gran acontecimiento, nos encontramos el de 1924, cuando el entonces gobernador de Yucatán, Felipe Carrillo Puerto, reconoció el derecho de las mujeres a participar en las elecciones municipales y estatales.
Años después en 1937, el presidente Lázaro Cárdenas envió una iniciativa de reforma al artículo 34 constitucional, que permitiría votar a las mujeres, sin embargo, la declaratoria para su vigencia nunca concluyó argumentando que el voto de las mujeres podría verse influenciado por la religión.
Posteriormente, Alemán Valdés tuvo éxito en su iniciativa enviada a la Cámara de Diputados; a su vez, con el paso del tiempo se crearon diversas instituciones para brindar apoyo a las mujeres. Un ejemplo es el Instituto Nacional de las Mujeres, área prioritaria para la toma de decisiones.
Cabe destacar que la participación de las mujeres en la vida política del país ha contribuido a la consolidación de la democracia; y sin duda su presencia en ámbitos de toma de decisiones, tanto públicos como privados, es condicionante del mejoramiento de los niveles de vida sociales y económicos.
En la actualidad, la presencia femenina en cargos de elección popular es una realidad incuestionable y firme en la cultura política de México.