La trágica muerte de la actriz Emily Chesterton, de 30 años, ha desencadenado preocupación en el Reino Unido por la calidad de la atención médica. Emily falleció tres semanas después de que se identificara un coágulo de sangre como la causa de sus síntomas, los cuales incluían dolor en las piernas y dificultad para respirar. A pesar de dos consultas médicas, el coágulo no fue detectado, lo que llevó a consecuencias fatales.
Los padres de Emily compartieron su experiencia, revelando que en la primera consulta, el médico asociado simplemente le recomendó tomar paracetamol sin investigar adecuadamente sus síntomas.
Una semana después, otro asistente médico le diagnosticó erróneamente un esguince de pantorrilla, ansiedad y Covid prolongado. Trágicamente, Emily colapsó esa misma noche y falleció en el hospital debido a un coágulo de sangre en su pierna izquierda que causó una embolia pulmonar.