Jaqueline Gmack, de 31 años, se encuentra en estado crítico después de tomar ibuprofeno para aliviar sus intensos cólicos menstruales. Los efectos secundarios se manifestaron 48 horas después, incluyendo una sensación de que su piel se desprendía y ampollas dolorosas en los ojos que afectaban su visión.
Diagnosticada con el síndrome de Stevens-Johnson, fue inducida al coma para recibir tratamiento.
Después de 17 días inconsciente, Gmack despertó pero con graves daños oculares, perdiendo el 40% de su visión en un ojo. A pesar de más de 20 intervenciones quirúrgicas, incluidos trasplantes de córnea y células madre, su recuperación es incierta.
Este incidente resalta los peligros de la automedicación y la importancia de buscar asesoramiento médico adecuado antes de tomar cualquier medicamento, especialmente para dolencias graves como los cólicos menstruales.