El fenómeno de las auroras boreales y australes, impresionantes y misteriosas, ha cautivado a la humanidad durante siglos. Estos espectáculos de luz que bailan en la atmósfera superior de la Tierra se han vuelto más frecuentes últimamente, visible incluso en lugares poco comunes como Florida e Inglaterra.
Las auroras boreales y australes son provocadas por la interacción del viento solar con los gases de la atmósfera terrestre, especialmente oxígeno y nitrógeno. Esta colisión crea partículas de luz, o fotones, que se liberan en forma de auroras coloridas, que pueden ser verdes, rojas, azules o moradas, dependiendo de la altitud y los gases presentes.
Los mejores lugares para observar las auroras están entre los 60 y 75 grados de latitud, tanto al norte como al sur, y en lugares con cielos oscuros y despejados. Se necesitan condiciones específicas, como baja contaminación lumínica y actividad solar, para presenciar este fenómeno.
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— Grupo Marmor Multimedios (@Grupo_Marmor) May 11, 2024
La actividad de las manchas solares, que sigue un ciclo de 11 años, puede predecir la frecuencia y la intensidad de las auroras. Las grandes tormentas solares pueden expandir la zona auroral, permitiendo que las auroras sean visibles en regiones más bajas de lo habitual, como Arizona e Inglaterra.
Aunque las auroras son un espectáculo hermoso, las tormentas solares también pueden tener impactos negativos, como interrupciones en las redes eléctricas y los sistemas GPS. Sin embargo, estos fenómenos naturales continúan fascinando a científicos y observadores del cielo, recordándonos la belleza y la complejidad del universo.