Fer Coronel/Grupo Marmor
Morelia, Michoacán; 21 de mayo del 2024.- Del 25 al 31 de mayo, el municipio de Penjamillo en el Bajío de Michoacán se prepara para recibir la tradicional Fiesta del Pino y la Flor, una festividad profundamente arraigada en la devoción a la Virgen María y en la rica cultura local.
Ubicado a una hora y media de Morelia, Penjamillo espera recibir aproximadamente 35 mil visitantes durante los 7 días de celebración, en su mayoría jóvenes migrantes que se fueron a trabajar a Estados Unidos. Este municipio es conocido por su actividad ganadera y agrícola que abarca 22 mil hectáreas de maíz y sorgo, también es famoso por su gastronomía, destacando las carnitas, conservas de dulces y pan tradicional.
La Fiesta del Pino y la Flor, con una tradición de 157 años, tiene sus raíces en un evento histórico que data de la conquista española, cuando los indígenas usaron pinos y orquídeas como camuflaje para ataques sorpresa. Hoy en día, la festividad tiene un fuerte componente religioso, con ofrendas dedicadas a la Virgen María.
Durante el evento, se llevan a cabo representaciones históricas y rituales espirituales, incluyendo la ofrenda de flores con escenarios vivos que deslumbran a los asistentes. La procesión del 30 de mayo es el punto culminante, atrayendo a más de 10 mil personas que participan activamente en este acto de fe y devoción.
Además de las actividades religiosas, la fiesta también ofrece un ambiente vibrante con 50 mojigangas monumentales y diversas bandas musicales que llenan el aire con música festiva. Los eventos culturales, como danzas, cantos y declamaciones, enriquecen aún más la experiencia de los visitantes.
Un elemento especial de la Fiesta del Pino y la Flor es el uso de la orquídea ‘Aelea especiosa’, una flor en peligro de extinción que se adhiere a los encinos. Aunque se intenta promover el uso de materiales reciclados, algunos locales prefieren mantener la tradición de usar la flor natural, que se obtiene con permisos especiales desde Zacapu debido a la escasez local provocada por la sequía en el Estado.
La Fiesta del Pino y la Flor de Penjamillo no solo es un evento religioso y cultural de gran importancia, sino también un testimonio vivo de la identidad y el amor por las tradiciones en esta región del Bajío michoacano.