Fer Coronel/Grupo Marmor
Morelia, Michoacán; 24 de mayo del 2024.- Las temperaturas elevadas, cada vez más frecuentes debido a la 3era Ola de Calor generada por el cambio climático, están teniendo un impacto notable en el comportamiento de las personas.
El estudio, liderado por el Dr. José Ramírez y publicado en la revista Environmental Health Perspectives, examinó los efectos de las temperaturas elevadas en una muestra de 5,000 individuos durante un periodo de 5 años, donde encontraron que las altas temperaturas afectan tanto el bienestar físico como el psicológico de las personas, con consecuencias significativas para la sociedad.
Uno de los hallazgos más destacados del estudio es el incremento en la irritabilidad y el estrés, los participantes reportaron niveles significativamente más altos de irritabilidad y estrés durante las olas de calor, tal parece que la incomodidad física que genera el calor extremo parece aumentar la probabilidad de reacciones impulsivas y conflictos interpersonales, lo que se refleja en un mayor número de disputas en el hogar y en el trabajo.
Además, el estudio reveló una disminución de la productividad durante los periodos de calor extremo, los participantes mostraron una menor capacidad de concentración y un rendimiento reducido en tareas cognitivas complejas. Esto se debe a que el cuerpo y el cerebro utilizan más energía para regular la temperatura corporal, lo que deja menos recursos disponibles para otras actividades.
La fatiga y la somnolencia también fueron efectos comunes observados, la deshidratación y el esfuerzo adicional para mantenerse fresco llevaron a los participantes a experimentar una sensación de cansancio constante, y como resultado las personas tendieron a evitar actividades al aire libre y redujeron su participación en eventos sociales y comunitarios.
El estudio también encontró una correlación entre las altas temperaturas y un aumento en la incidencia de comportamientos agresivos, ya que durante las olas de calor, se registraron más episodios de agresión y violencia, lo que los investigadores atribuyen a la mayor irritabilidad y estrés térmico.
Los síntomas de ansiedad y depresión se exacerbaron, especialmente en individuos con predisposición a estos trastornos, la falta de sueño a consecuencia de las noches calurosas dificultaron el descanso adecuado, lo que impactó negativamente el comportamiento y la capacidad de toma de decisiones durante el día.
Finalmente, el estudio identificó problemas de salud física como golpes de calor y deshidratación entre los participantes, lo que influyó en su bienestar general y comportamiento, estos problemas de salud limitaron aún más la capacidad de las personas para llevar a cabo sus actividades diarias y mantener un estado emocional equilibrado.
Estos hallazgos subrayan la necesidad de implementar estrategias de mitigación y adaptación para enfrentar los desafíos del calor extremo, como la creación de espacios frescos, la promoción de hábitos saludables y el desarrollo de políticas públicas que protejan a las poblaciones más vulnerables.