Larry Allen, uno de los titanes del fútbol americano, cuyo legado se entreteje con los gloriosos años de los Dallas Cowboys y cuya destreza en la línea ofensiva lo catapultó a la cima del deporte, falleció repentinamente a los 52 años, mientras disfrutaba de unas vacaciones en México junto a su familia, según anunció el equipo.
“Los Dallas Cowboys están profundamente entristecidos por el repentino fallecimiento de Larry Allen, una leyenda del equipo, campeón del Super Bowl, miembro del Anillo de Honor de los Cowboys y del Salón de la Fama del Fútbol Americano”, expresó el equipo en un comunicado.
Allen, cuya magnífica capacidad atlética y poderío físico lo distinguieron como uno de los linieros ofensivos más admirados en la historia de la NFL, deslumbró con su versatilidad y fiabilidad a lo largo de su ilustre carrera.
Honrado con su inclusión en el Salón de la Fama en 2013, Allen dejó una huella imborrable en el juego, siendo reconocido como parte del equipo All-Decade tanto en los años 1990 como en los 2000. Durante 14 temporadas en la NFL, desde 1994 hasta 2007, Allen forjó su leyenda, siendo 12 de ellas un pilar inquebrantable de los Cowboys.
Allen se destaca como uno de los tres jugadores de los Cowboys con selecciones de dos dígitos al Pro Bowl. Con 10 apariciones en el Pro Bowl y siete selecciones All-Pro con los Cowboys, su destreza en el campo fue un espectáculo para la historia del deporte.
Aunque concluyó su carrera con los 49ers, Allen continuó brillando hasta el final, obteniendo su undécimo Pro Bowl en 2006, consolidando su estatus como un gigante del fútbol americano y dejando un legado imborrable en los anales del deporte.