Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, está a punto de declararse culpable esta semana como parte de un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Este acuerdo le permitirá salir en libertad tras haber pasado cinco años en una prisión británica y regresar a Australia, su país de origen. Assange ha sido una figura central en la divulgación de información clasificada, y su caso ha sido seguido de cerca en todo el mundo.
Assange enfrenta acusaciones de conspiración para obtener y revelar información de defensa nacional de Estados Unidos. Los cargos se relacionan con la publicación más grande de información clasificada en la historia de Estados Unidos, una hazaña que realizó junto con Chelsea Manning. Este evento ha tenido repercusiones significativas en la política y la seguridad global.
Antes de su encarcelamiento en la prisión de alta seguridad de Belmarsh en el Reino Unido, Assange pasó siete años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. Su estadía en la embajada fue un intento de evitar la extradición a Estados Unidos, y su posterior encarcelamiento en Belmarsh ha sido un período de gran dificultad para él.
Según documentos judiciales presentados en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para las Islas Marianas del Norte, Assange, de 52 años, ha acordado declararse culpable de un solo cargo penal de conspiración para obtener y divulgar documentos clasificados de defensa nacional. Este acuerdo marca un giro importante en su caso legal, que ha sido ampliamente debatido y analizado.
La sentencia de Assange está programada para una audiencia en la isla de Saipán a las 9 a.m. hora local del miércoles. Se espera que se le reconozca el tiempo que ya ha cumplido en prisión y que no enfrente una nueva pena de cárcel. Este desarrollo podría poner fin a una prolongada saga legal y permitir a Assange recuperar su libertad tras años de confinamiento y tensión internacional.