Michoacán es el segundo Estado en obtener Protección por Indicación Geográfica

Banner

Fer Coronel/Grupo Marmor

Morelia, Michoacán; 05 de julio del 2024.- Fue gracias a la larga tradición histórica, geográfica y cultural de las artesanías de Catrinas de barro en Capula y las piezas de cobre realizadas en Santa Clara del Cobre que el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI) las reconoció como obras que solamente se pueden generar en esas localidades.

Y fue el día de ayer 4 de julio, que se declaró legal conforme a la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial en el Diario Oficial de la Federación (DOF), con el motivo de proteger a las y los artesanos de falsificaciones y robo de marca, ya que la manera de extracción de materia prima, forma de producción o elaboración, además de sus características físicas son procesos que únicamente se pueden dar en su región.

Eso convierte a Michoacán en el segundo Estado en obtener esta distinción, siendo superado por Oaxaca con tres Protecciones por Indicación Geográfica.

En el caso particular de las Catrinas de barro de Capula, estás se distinguen porque a palabras de los pobladores más del 80% de los habitantes, que abarcan 190 manzanas en total, se dedican a la elaboración de estas las figuras calavéricas, y si no las elaboran al menos se dedican a la extracción de su materia prima que es: barro blanco, barro negro y barro rojo, un material propio de los alrededores.

Los artesanos que se dedican a trabajar el barro tienen una técnica específica de almacenamiento y limpieza del material, son quienes saben las proporciones adecuadas que debe de llevar cada tipo de barro, explican en el comunicado oficial que el barro blanco da porosidad, el negro da resistencia y el colorado da plasticidad.

Después de esto seleccionan la pieza que quieran elaborar para moldearlo, secarlo y hornaerlo según la tradición familiar que les hayan heredado.

Por parte de Santa Clara del Cobre, reconocieron todas las figuras hechas a base de cobre elaboradas en la región, que si bien ya no conservan las antiguas formas de extraer el cobre a mano propia y cargada a los hombros, si conservan la técnica para trabajar el material.

La base del trabajo está en la fundición del cobre, en donde se tiene que preparar el área curándolo con varias capas de pino encino quemado para evitar que se creen ‘raíces’ de cobre en la tierra y se tenga que empezar rde nuevo; ya teniendo esto hecho se pueden sacar las láminas de cobre, aunque hay artesanos que ya las compran hechas a grandes compañías distribuidoras de cobre.

Después los artesanos comienzan a moldear la figura que quieran hacer por medio de martillazos y begonias que sostienen la pieza caliente, para eliminar manchas oscuras esta se limpia con una solución de ácido sulfúrico al 10% y al finalizar se decide qué tipo de acabado tendrá según el martillazo: perdido, triangular, en línea o en caracol, para terminar puliéndola a mano o con una rueda cubierta de manta.