Michelle Rivas / Grupo Marmor
El inicio del torneo de fútbol en los Juegos Olímpicos de París 2024 estuvo marcado por un partido agónico entre Marruecos y Argentina, que culminó en un desenlace dramático y caótico.
En este encuentro, Marruecos logró una victoria ajustada de 2-1 sobre la Albiceleste, en un enfrentamiento donde Argentina había conseguido un gol increíble de empate 2-2 en el minuto 105, es decir, en el tiempo de compensación tras los 90 minutos reglamentarios.
Sin embargo, la alegría de los argentinos se vio frustrada cuando el VAR anuló el gol de Cristian Medina más de una hora después de que se marcara. Este controvertido fallo desencadenó la ira de los seguidores marroquíes, quienes lanzaron botellas y petardos hacia los jugadores e incluso invadieron el campo de juego en señal de protesta.
El desenlace del partido no solo subrayó la intensidad del deporte, sino también la complejidad y las repercusiones del uso del VAR en competiciones de alto nivel como los Juegos Olímpicos. La situación evidenció el impacto emocional y las tensiones que pueden surgir en torno a decisiones arbitrales en el fútbol, dejando una marca significativa en el inicio de esta competencia olímpica.
