Fer Coronel/Grupo Marmor
Morelia, Michoacán; 25 de julio del 2024.- La Ciudad de las Niñas y los Niños, un proyecto internacional originado en Fano Italia por el pedagogo Francesco Tonucci, ha llegado a México y está transformando las ciudades al centrar sus políticas en las necesidades de la niñez, buscando reconfigurar el urbanismo y la movilidad desde la perspectiva de los más pequeños.
El corazón del proyecto es un consejo de niños, seleccionado mediante un sorteo en las escuelas locales, sin importar calificaciones o antecedentes; este consejo, que incluye a niños con discapacidades, se reúne mensualmente para expresar sus preocupaciones y sugerencias.
Los temas que abordan van desde la inseguridad y la falta de libertades para jugar en las calles, hasta la necesidad de más árboles y espacios públicos seguros. Hasta ahora solo 4 ciudades mexicanas forman parte de esta iniciativa: Zapopan, Monterrey, San Pedro Garza García y Zamora.
Una de las primeras acciones implementadas en Zamora fue la segregación de espacios escolares, cerrando calles cercanas durante horarios de entrada y salida para que los niños puedan desplazarse con seguridad, mejorando la seguridad y la calidad de vida para otros sectores de la sociedad, incluyendo a personas con discapacidad y adultos mayores.
Según encuestas realizadas a 250 escuelas, los niños identifican el transporte público y los parques como los lugares más inseguros, mientras que ven los supermercados como seguros debido a su iluminación y presencia de personas, esto ha guiado políticas para mejorar la iluminación y la limpieza en parques y otros espacios públicos.
Aunque la ciudad ha logrado avances significativos, aún enfrenta desafíos como la presencia de niños en situación de calle, muchos de ellos provenientes de otras regiones. Sin embargo, programas locales del DIF Municipal trabajan continuamente para rescatar y reintegrar a estos niños con sus familias, reduciendo gradualmente esta problemática.
La Ciudad de las Niñas y los Niños representa un cambio de paradigma en la gobernanza urbana, donde las políticas se diseñan no para quienes pagan impuestos o votan, sino para quienes representan el futuro: los niños.