Una mujer llamada Agolia Moore denunció que su hijo, quien estaba encarcelado y falleció en prisión, fue entregado sin órganos en Alabama.
Según Moore, recibió una llamada informándole que su hijo había muerto por una supuesta sobredosis de drogas. Sin embargo, ella consideró esto muy sospechoso, ya que había hablado con él el mismo día y le comentó que se sentía bien y tenía planes de mudarse al “dormitorio de honor” de la cárcel.
Tras ser notificada de la muerte, le informaron que ya se había realizado la autopsia al cuerpo del hombre de 43 años y que podían retirarlo para los servicios funerarios.
En la funeraria, el encargado les informó que al fallecido le faltaban los órganos internos. Sorprendida, Agolia señaló que no había autorizado que sus órganos fueran conservados o destruidos, por lo que acudieron nuevamente ante las autoridades.
Moore explicó que su hija y su otro hijo viajaron durante cuatro horas hasta la Universidad de Alabama en Birmingham, donde se realizó la autopsia. Allí les entregaron una bolsa roja sellada que contenía “los órganos de su hermano”.
Finalmente, decidieron enterrar la bolsa con los órganos junto con el cuerpo del ex recluso.
