Ana Barbosu recibe medalla olímpica de bronce en Bucarest tras decisión del Tribunal Arbitral del Deporte.

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Michelle Rivas / Grupo Marmor

Este viernes en Bucarest, la gimnasta rumana Ana Barbosu recibió finalmente su medalla de bronce en la prueba individual de suelo de los Juegos Olímpicos de París. Inicialmente, esta medalla había sido otorgada a la estadounidense Jordan Chiles.

Durante el noveno día de las competiciones olímpicas, el 5 de agosto, Chiles había logrado el tercer lugar en el podio, quedando detrás de la brasileña Rebeca Andrade, que ganó el oro, y de la estrella estadounidense Simone Biles, que obtuvo la plata.

Barbosu había creído que su puntuación era superior a la de Chiles. Sin embargo, tras una reclamación, la puntuación de Chiles fue revisada y ajustada al alza, permitiéndole superar a la gimnasta rumana en la clasificación.

Ante esta situación, Rumanía llevó el caso al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), que falló a favor de Barbosu al determinar que la reclamación de Chiles se había presentado fuera del plazo permitido. Así, el TAS revirtió la decisión y devolvió el tercer puesto a la gimnasta rumana.

A causa de este proceso, Ana Barbosu no pudo recibir su medalla de bronce en la ceremonia de los Juegos Olímpicos en París, pero lo hizo en Bucarest, donde manifestó estar “muy feliz” por este reconocimiento.

El jueves pasado, Jordan Chiles expresó que consideraba “injusta” la retirada de su medalla y su federación nacional, USA Gymnastics, anunció que iba a “explorar todas las vías y procedimientos de recurso posibles” para recuperar el bronce en disputa para la atleta estadounidense.

La controversia en torno a la medalla ha llevado a un debate sobre el proceso de reclamaciones y la validez de las decisiones tomadas por el TAS, resaltando la complejidad y la importancia de las normativas en competiciones internacionales.