Redacción | Grupo Marmor
La idea de que las lunas de octubre son las más hermosas no solo es una expresión popular, sino que tiene una base real sustentada en el movimiento de los astros. Durante este mes, la Luna ofrece un espectáculo visual único gracias a un fenómeno llamado perigeo, el momento en que se encuentra en su punto más cercano a la Tierra, lo que le otorga un mayor tamaño y brillo.
La diferencia entre la Luna en su apogeo (punto más lejano) y en su perigeo puede ser hasta un 14% en tamaño. Este efecto se ve intensificado por las noches más largas del otoño, cuando el eje de la Tierra se inclina, permitiendo que la Luna sea visible por más tiempo.
Además, al ubicarse cerca del horizonte, la Luna adquiere un tono y una dimensión que cautiva a quienes la observan. Por estas razones, octubre se convierte en el mes ideal para disfrutar de este fenómeno astronómico, conocido por su belleza especial.
A lo largo del año, la Luna adopta diferentes nombres, como “Luna de sangre”, “Luna de conejo” o “Luna de ciervo”, según sus características y fases, pero en octubre, su cercanía y presencia en el cielo nocturno la hacen destacar.