28 octubre, 2024.
Marian Salazar | Grupo Marmor
Sean Baker, conocido por filmes aclamados como Red Rocket y The Florida Project, nos sorprende nuevamente con Anora, su más reciente producción, una comedia negra protagonizada por Mikey Madison y Mark Eidelstein, nos sumerge en la historia de Ani, una joven atrapada en la paradoja de la autonomía y la dependencia económica, que explora temas de excesos, relaciones disfuncionales y el choque entre el deseo de libertad y la búsqueda de una identidad propia.
Una historia dividida en tres actos muy marcados, introduciéndonos a Ani una sexoservidora con complejo de Cenicienta, que contrae matrimonio con Vanya un joven oligarca ruso. Partiendo de esta premisa, la pareja se ve inmersa en una serie de complicaciones derivadas de su apresurada boda. Juntos se adentran a un mundo de vicios y excesos, donde pronto deben enfrentar las consecuencias de sus decisiones. Anora maneja el tema de la prostitución no vista como un yugo, sino como un medio de ascenso a un mundo de lujos.
A medida que la historia avanza, Baker nos despoja de esta ilusión y nos sumerge en el caos de la caída. La transición de Ani y Vanya de la opulencia al desastre no es solo material, sino emocional y simbólica. Aquí conocemos a Igor, un guardaespaldas de la familia de Vanya. La tensión entre él y Ani se siente desde el primer momento, ambos son jóvenes arrojados a la adultez sin herramientas reales para sostenerse, ambos han elegido una salida fácil, Ani con la prostitución e Igor, al involucrarse en el mundo de la mafia, creando una representación en la que se encuentran al mismo nivel, dando un reconocimiento mutuo, una conexión silenciosa entre dos personas que han encontrado en el dinero fácil su forma de sobrevivir.
Pero el golpe final llega con la irrupción de los padres de Vanya en el tercer acto. Su llegada no solo destruye la relación de Ani con su marido, sino que también expone la vulnerabilidad de su libertad, porque al final, lo que define su destino es lo mismo que la llevó hasta ahí: el dinero. Y donde la escena final es desgarradora no solo por su crudeza, sino por su inevitabilidad. Ani e Igor caen en sus viejas costumbres, atrapados en un ciclo donde el dinero dicta las reglas. Y es en ese último gesto de humanidad y agradecimiento, donde Ani paga con la única moneda de cambio de la cual tiene absoluta propiedad.
Anora es una comedia que combina caos, crítica social y un profundo análisis del deseo de superación y de escape de una vida difícil. A través de Anora, Baker explora la vida de una joven atrapada en circunstancias adversas, que intenta encontrar su lugar en el mundo y aprovecha esta oportunidad como una salida a su situación. Baker no la juzga ni la victimiza, solo nos muestra la crudeza de su camino, siendo fiel a su estilo provocador, ofreciendo una narrativa que combina humor, drama y reflexión en una historia de supervivencia, identidad y crítica a la frivolidad del sueño americano.
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