El elevado consumo de agua por la generación de imágenes de Studio Ghibli con IA genera debate; se han consumido 216 millones de litros de agua

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Redacción | Grupo Marmor

En los últimos días, un dato sorprendente ha captado la atención en redes sociales: según posts en X, ChatGPT habría respondido que se han consumido más de 216 millones de litros de agua en los últimos cinco días debido a la generación de imágenes por inteligencia artificial inspiradas en el estilo de Studio Ghibli.

Este fenómeno, que se ha viralizado tras la reciente actualización de herramientas como GPT-4o de OpenAI, pone de manifiesto el creciente impacto ambiental de las tecnologías de IA.

La generación de imágenes, especialmente en estilos artísticos detallados como el de Studio Ghibli, requiere un uso intensivo de servidores en centros de datos. Estos centros dependen de sistemas de enfriamiento que, en muchos casos, consumen grandes cantidades de agua para mantener las temperaturas bajo control.

Aunque no hay datos oficiales que confirmen la cifra exacta de 216 millones de litros, expertos han señalado que la demanda masiva de estas imágenes —impulsada por la popularidad del estilo Ghibli— podría estar ejerciendo una presión significativa en los recursos hídricos.
El tema ha reavivado el debate sobre la sostenibilidad de la IA. Mientras los usuarios disfrutan transformando fotos y creando contenido inspirado en las icónicas animaciones de Hayao Miyazaki, surgen preguntas sobre el costo ambiental de esta tendencia.

Algunos defensores de la tecnología argumentan que los avances en enfriamiento sostenible, como el uso de agua reciclada o sistemas más eficientes, podrían mitigar este impacto. Sin embargo, críticos destacan que el uso excesivo de recursos para fines recreativos plantea dilemas éticos en un contexto de cambio climático.

Por ahora, la cifra de 216 millones de litros circula como una estimación no verificada, proveniente de interacciones con ChatGPT y compartida en plataformas como X.

Aunque su precisión es incierta, sirve como un llamado de atención sobre las implicaciones ocultas de la inteligencia artificial en nuestra vida diaria.

¿Es el precio ambiental de estas imágenes un sacrificio aceptable por la creatividad que desatan? La conversación, al igual que las imágenes de Studio Ghibli, apenas comienza a tomar forma.