#Video | Asteroide 2024 YR4: de amenaza terrestre a posible impacto lunar; esto tienes que saber

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Redacción | Grupo Marmor

Un asteroide que hace apenas unas semanas generó preocupación por su potencial impacto contra la Tierra ha cambiado su curso en las proyecciones científicas.

Denominado 2024 YR4, este cuerpo celeste de entre 53 y 67 metros de diámetro —equivalente a un edificio de 15 pisos— ahora tiene un 3.8% de probabilidad de colisionar con la Luna el 22 de diciembre de 2032, según los últimos datos obtenidos por el telescopio espacial James Webb y publicados por la NASA.

Aunque en febrero alcanzó un récord histórico con un 3.1% de riesgo de impactar nuestro planeta, observaciones posteriores descartaron esa posibilidad, desplazando la atención hacia nuestro satélite natural.

El asteroide, descubierto el 27 de diciembre de 2024 por el sistema ATLAS en Chile, captó la atención global cuando su probabilidad de choque con la Tierra lo colocó en el nivel 3 de la escala de Turín, una clasificación que mide el peligro de objetos cercanos al planeta. Sin embargo, tras un análisis exhaustivo con el James Webb —el observatorio espacial más avanzado hasta la fecha—, los científicos confirmaron que la Tierra está fuera de peligro.

“Aún existe un 96.2% de probabilidad de que 2024 YR4 no impacte la Luna”, precisó la NASA en un comunicado, alineándose con las estimaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA), que rondan el 4%, según Richard Moissl, director de su oficina de defensa planetaria.

Las nuevas observaciones del telescopio Webb, realizadas el pasado mes, han afinado el tamaño del asteroide, situándolo por encima del umbral crítico de 50 metros que activa protocolos de defensa planetaria.

Este dato es clave: un objeto de estas dimensiones podría devastar una ciudad si impactara en la Tierra, como lo demuestra el precedente del evento de Tunguska en 1908. Aunque el riesgo terrestre se ha desvanecido, la posibilidad de un choque lunar ha despertado un inesperado entusiasmo entre los científicos. “Sería un escenario fascinante desde el punto de vista científico”, afirmó Moissl a AFP, destacando que un impacto de este tipo ofrecería datos valiosos para futuras estrategias de protección planetaria.

Mark Burchell, científico de la Universidad de Kent, y Alan Fitzsimmons, de la Queen’s University Belfast, coinciden en que un evento así sería una oportunidad única.

“No afectaría a la Tierra, pero nos permitiría estudiar en tiempo real la formación de un cráter lunar con un objeto conocido”, señaló Fitzsimmons a New Scientist. Desde la Tierra, el impacto podría ser visible incluso con binoculares, convirtiéndose en un espectáculo astronómico sin precedentes.

El 2024 YR4 se ha convertido en el objeto más pequeño jamás observado por el telescopio James Webb, cuyos instrumentos infrarrojos han permitido medir con precisión sus características térmicas y orbitales.

En mayo, el observatorio volverá a analizarlo antes de que se pierda de vista hasta 2028, ofreciendo una última oportunidad para ajustar las probabilidades de colisión. Este seguimiento refleja los avances en la vigilancia espacial, un campo que cobró relevancia tras el éxito de la misión DART de la NASA en 2022, cuando una sonda alteró la trayectoria de un asteroide inofensivo.

Si las probabilidades de impacto contra la Tierra hubieran superado el 1%, Moissl asegura que ya estarían en marcha misiones para desviarlo, posiblemente con tecnología similar a la de DART o incluso métodos más drásticos como láseres o explosivos nucleares. Por ahora, el enfoque es observar y aprender.

El posible impacto lunar no representa un riesgo para la humanidad, pero sí una ventana para entender mejor cómo protegernos de futuros visitantes espaciales. Mientras tanto, la comunidad científica cruza los dedos por un desenlace que, lejos de ser una amenaza, podría ser un hito en la exploración del cosmos.