#Video | Cantantes de narcocorridos en la mira de Trump: Peso Pluma y Natanael Cano en riesgo de perder visas

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  • #Video | La postura de la administración Trump es firme, y el futuro de los intérpretes de narcocorridos en el vecino país pende de un hilo. ¿Cómo responderá la industria musical a este desafío?

Redacción | Grupo Marmor

La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha puesto la mira en artistas mexicanos como Peso Pluma, Natanael Cano, Grupo Firme y Edgardo Núñez, quienes podrían perder sus visas debido a las letras de sus canciones.

En poco más de dos meses y medio, el gobierno estadounidense ha revocado más de 800 visas, afectando a estudiantes internacionales, ciudadanos de ciertos países y, más recientemente, a intérpretes de narcocorridos, un género musical que narra historias relacionadas con el crimen organizado.

El caso que desató la controversia fue el de Los Alegres del Barranco. Esta banda proyectó imágenes de Nemesio Oseguera, conocido como “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), durante un concierto en Jalisco. Como consecuencia, las autoridades estadounidenses les retiraron sus visas, argumentando que este tipo de acciones representa un respaldo indirecto a organizaciones criminales.

“En la administración Trump nos tomamos muy en serio nuestra responsabilidad sobre el acceso de extranjeros a nuestro país. No vamos a dar la bienvenida a quienes exalten a criminales o terroristas”, afirmó el subsecretario Cristopher Landau.

El secretario de Estado, Marco Rubio, ha reforzado esta postura al señalar que las visas son un privilegio, no un derecho, y que el gobierno tiene la autoridad para decidir quién puede ingresar a Estados Unidos.

Las autoridades estadounidenses han ido más allá, revisando miles de casos adicionales como parte de una estrategia para limitar el acceso al país de personas que consideren una amenaza potencial.

Para los artistas, la pérdida de visas no solo implica la cancelación de giras en Estados Unidos, un mercado clave para sus ingresos, sino también un golpe a su proyección internacional.

Esto ha reavivado el debate sobre la libertad de expresión: mientras algunos defienden que estas canciones reflejan la realidad social, otros argumentan que glorificar a criminales normaliza la violencia. Lo cierto es que la postura de la administración Trump es firme, y el futuro de los intérpretes de narcocorridos en el vecino país pende de un hilo. ¿Cómo responderá la industria musical a este desafío?