Redacción / Grupo Marmor
La comunidad del piercing y la escena rock mexicana están de luto. Danny Yerna, figura fundamental en ambos mundos, falleció el pasado 17 de abril, dejando un vacío irreparable. La Asociación Latinoamericana de Body Piercing (LBP) confirmó la noticia, destacando la inmensa contribución de Yerna a la industria del piercing en Latinoamérica.
Yerna, nacido en Bélgica, llegó a México en 1985, imprimiendo su huella imborrable en la escena musical subterránea. Su labor como DJ en el legendario foro Tutti Frutti catapultó a numerosas bandas nacionales e internacionales, convirtiéndolo en un pilar de la cultura rock mexicana. Más allá de la música, su pasión por el arte corporal lo llevó a abrir Wakantanka en 1994, la primera tienda de perforaciones corporales en México. Su visión innovadora impulsó la profesionalización del piercing, participando en la organización de las primeras convenciones de tatuajes en la Ciudad de México y colaborando en revistas especializadas.
Su legado trasciende la simple comercialización; Yerna forjó una comunidad, una familia unida por el arte corporal. La LBP destaca su humildad, entrega y visión, cualidades que transformaron la industria y dejaron una marca indeleble en quienes tuvieron el privilegio de conocerlo. Su influencia inspirará a generaciones futuras de piercers.
El escritor Xavier Velasco, amigo y socio de Yerna, lamentó su partida en redes sociales, recordándolo como un “tipazo sin igual”. La muerte de Danny Yerna representa una pérdida significativa para la cultura mexicana, un adiós a un visionario que dejó una huella profunda en el arte, la música y la comunidad.