La música no debe ser altavoz del crimen: Bugarini alza la voz contra la apología del delito

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Morelia, Michoacán, 14 de mayo de 2025. — Desde su curul en el Congreso del Estado, la diputada local Giulianna Bugarini expresó su total respaldo al decreto del Ejecutivo Estatal que busca sancionar la apología del delito y de la violencia, así como la incitación al consumo de sustancias ilícitas.

Durante su intervención, la legisladora subrayó la urgencia de asumir con responsabilidad uno de los retos más apremiantes de la vida pública en Michoacán: frenar la normalización de la violencia, el delito y el consumo de drogas en el espacio social y cultural.

“El decreto no vulnera la libertad de expresión, porque no castiga ideas ni géneros musicales. Lo que se sanciona es un tipo penal claro: la apología del delito. Exaltar públicamente la criminalidad no es neutral, ni legítimo. Es una forma de violencia simbólica que normaliza la injusticia y anestesia la conciencia social”, afirmó.

Giulianna Bugarini recordó que la Constitución protege la libertad de expresión, pero no de manera absoluta, especialmente cuando se incita a cometer delitos o se afecta la moral y la paz pública. En este sentido, recalcó que el decreto no busca silenciar voces ni censurar la cultura, sino detener la romantización de la violencia que hoy se consume, se viraliza y se glorifica, en muchos casos, sin cuestionamiento.

“Como lo dijo la Presidenta de la República, la Dra. Claudia Sheinbaum: no se está prohibiendo un género musical, sino las letras que hacen apología de las drogas, de la violencia o de la cosificación de las mujeres. Queremos generar conciencia social”, añadió.

La diputada también citó al pensador Johan Galtung, quien explicó cómo la violencia estructural y cultural se refuerzan mutuamente: “Cuando la violencia se convierte en espectáculo o aspiración, se inhibe la capacidad crítica y se reproduce el ciclo de dolor”.

Finalmente, Giulianna dejó claro que esta medida forma parte de una estrategia integral de pacificación y reconstrucción del tejido social, alineada con un enfoque moderno de seguridad humana, donde el bienestar, la cultura de paz y la conciencia colectiva son los pilares fundamentales.

“No estamos legislando desde el moralismo, sino desde el compromiso con la paz, la dignidad y la justicia. Aprobar este decreto significa dejar claro que la libertad de expresión no puede ser usada como pretexto para enaltecer el delito ni socavar el estado de derecho”, concluyó.